Parece que, hoy en día, si cualquier producto que compramos para utilizar sobre nuestra piel, y no acompaña, o anuncia, que lleva incorporadas vitaminas parece ni que es bueno ni que funcionará ¿cierto? Pues nos vamos a centrar, en el post de hoy, en la utilidad y qué hacen en nuestra piel las vitaminas; porque más allá de modas o de campañas de marketing para vender más productos, está comprobado que las vitaminas, y combinadas con otras sustancias, ayudan a mejorar todas las señales del paso del tiempo.
Comenzamos siguiendo el orden alfabético, con la vitamina A. En principio destaca por ayudar en la renovación celular, ya que frena el envejecimiento, potencia la creación de colágeno y aumenta el grosor de la epidermis. Combate con eficacia el acné, así como minimiza las líneas de expresión, las cicatrices y las manchas. Por añadir algo a tener en cuenta, en el lado menos positivo, cabe decir que aumenta la sensibilidad a los rayos del Sol.
En cuanto a la vitamina B, su principal función es para con la hidratación de la piel, ya que atrapa la humedad; es muy útil frente a los agente deshidratantes medioambientales para la piel, como el Sol, el viento o el frío. Además, ayuda en la reparación de las fibras capilares dañadas.
La vitamina C se caracteriza por su función antiedad. Y es que forma parte en el proceso de la formación de colágeno, aporta elasticidad y refuerza los vasos capilares. También ayuda evitando la formación de manchas, mediante la descomposición de la melanina. Es buena para difuminar las arrugas.
Con la vitamina D nos encontramos con un elemento muy importante para proteger. Y es que mantiene la barrera de la epidermis en óptimo estado, con lo que evitamos la deshidratación. Otro detalle a destacar, es para con los tratamientos capilares, ya que preserva el anclaje del pelo y favorece su crecimiento.
En a la vitamina E, destaca por su función antiinflamatoria, ya que aumenta la microcirculación; además ayuda contra la sequedad y favorece la elasticidad y, por ello, reduce las líneas de expresión más marcadas. Una de sus mejores funciones es para con el bloqueo de los radicales libres.
Y vamos a terminar con la vitamina F, que destaca en su función iluminadora, ya que favorece la restauración de la piel seca, descamada y áspera. Combate las rojeces y el exceso de sebo. Es buena para luchar contra los eccemas, para evitar la sequedad y acelera los procesos de cicatrización. Destaca potenciando la luminosidad del rostro.
Recuerda que, para que la piel tenga un aspecto sano, terso y flexible es necesario el aporte de minerales y vitaminas; las cuales deben ser suministradas al organismo de forma regular a través de los alimentos o tomando suplementos vitamínicos. Y es que cuando se consumen vitaminas y se mantiene una dieta equilibrada, la piel aparece más bella y con aspecto más saludable; debido a que nuestro estilo de vida ajetreado y nuestros malos hábitos alimenticios (dietas ricas en azúcares y grasas) o el consumo de sustancias nocivas (alcohol o tabaco) despojan a nuestro cuerpo de los nutrientes esenciales como la vitaminas B o C. Si deseas comprobar la diferencia, a través de la calidad de los productos de cosmética, de la multinacional alemana LR Health & Beauty, no dudes en contactarnos; te lo demostramos in situ y podrás comprobar su eficacia, así como su excelente relación calidad/precio: ¡¡llámanos!!
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