A la mayoría de las personas que trabajan pensando que las vacaciones van a ser la cura de los males que padecen en su puesto de trabajo, suelen comprobar que una cosa es el estrés postvacacional y otra, muy distinta, el estar quemado. Y es que la primera es una cuestión de ajustes y desajustes tras el período vacacional y otra, mucho más seria y peligrosa, es la que desemboca en una de las más graves y muy frecuentes complicaciones por estrés en el trabajo (denominado en inglés como el síndrome del «burn-out»/»estar quemado»).
Este síndrome en una de las formas más agudas del sufrimiento en el trabajo (no olvidemos que uno de cada cuatro trabajadores europeos reconoce estar estresado), sobre todo en Seguir leyendo