Un murciélago fue atrapado por una comadreja que detestaba las aves. Temiendo por su vida, el murciélago suplicó que lo dejara vivir.
– «En mi naturaleza está el ser enemigo de todas las aves», dijo la comadreja.
– «Pero yo no soy un ave, sino un ratón», aseguró el murciélago sin darse por vencido.
Con muchas dudas, la comadreja lo observó con detenimiento y, al ver que no tenía plumas, lo dejó libre. Sin embargo, a los pocos días el murciélago volvió a ser atrapado por otra comadreja, con la diferencia que esta decía sentir una gran hostilidad hacia los ratones desde el mismo día de su nacimiento.
– «Pero yo no soy un ratón, sino un ave», le explicó el murciélago.
Sorprendida la comadreja, se acercó más al murciélago y vio que, efectivamente, este tenía alas, por lo que lo dejó marchar. Y así fue como el murciélago logró escapar dos veces.
Esopo
Resumen: es de sabios adaptarse a las circunstancias.