De su desconocimiento más absoluto, pasando por el período de «flora intestinal» a convertirse en el pilar fundamental de una buena salud, solo han sido necesarios unos pocos años para con el reconocimiento a la microbiota. Y eso que la forman una cantidad nada despreciable de unos 10 billones de microorganismos. Nosotros ya hace tiempo que descubrimos este fascinante mundo dentro de nuestro propio cuerpo y, por ello, recomendamos, utilizamos y comercializamos varios productos para tener bien y correctamente alimentada a nuestra microbiota.
Y es que recientemente, los investigadores del Departamento de Nutrición de la Universidad de Georgia (Athens, Estados Unidos) han revisado la literatura científica para desentrañar el papel de la microbiota en la modulación del apetito y el gasto energético y, por tanto, en el origen de la obesidad. Aunque, y después de la revisión exhaustiva, los investigadores mantienen la prudencia y dicen que precisan de más estudios para determinar si intervenir sobre la microbiota es una vía eficaz para promover un comportamiento alimentario saludable y perder peso. Mediante su trabajo han confirmado que el tipo de dieta influye en la composición de la microbiota, por lo que adecuándola se puede prevenir la ingesta compulsiva de alimentos y promover la pérdida de peso.
La obesidad y una alimentación densamente energética se asocia a una disminución de especies en la microbiota y a la presencia de productos que promueven la inflamación. Esa composición se relaciona con aumento de peso, mayor cantidad de grasa corporal y una ingesta de alimentos alta (también con enfermedades autoinmunes, neurológicas y hasta psiquiátricas). Además, los microbios intestinales influyen en el funcionamiento del sistema nervioso central (eje intestino-cerebro) y en el envío de señales de saciedad desde el intestino al cerebro y en la producción de hormonas relacionadas con la regulación del apetito. Está claro que si la pérdida de peso se asocia con alteraciones en la composición del microbioma, hay evidencia limitada de que la restauración del mismo en individuos obesos puede conducir a la pérdida de peso.