Algunas necesidades para comunicar en el siglo XXI.
Muchas generaciones, y durante mucho tiempo, ansiábamos el tan ¿furista? siglo XXI. Otras, en cambio, han nacido o han crecido bajo su paraguas. El caso es que, entre unas cosas y otras, ya estamos inmersos en él ¿verdad? Y, por ello, me viene a la mente aquella cena de fin de año, y de cambio de siglo, del 31 de diciembre de 1999, en el que mis hermanos y mi madre compartíamos mesa con mis abuelos maternos (los paternos se quedaron en el siglo XX). Pues bien, estando ya en el siglo XXI (habían pasado las campanadas) va mi abuelo (Juan) y dice: «Bueno, ahora ya me puedo morir tranquilo…». Tened en cuenta que, en aquel momento, ya tenía 95 años (y con una mente super lúcida). Lo dijo riéndose, claro está. A lo que yo le pregunté, que porqué decía eso, si todavía le quedaban varios años (nunca le echaban la edad real que tenía, y solía desafiar a desconocidos a que le adivinasen los años que llevaba encima). Y él respondió: «Pues mira, desde mi juventud (había nacido en 1905), tanto nos hablaron de como iba a ser la vida en el año 2000, que si coches volando, que si volar a otros planetas, que íbamos a vivir más de cien años… Pero, por lo que veo, casi estamos cada vez peor.» ¿Por qué dije yo? Si, en particular, él se conservaba bien, vivía tranquilo, tenía una excelente salud, etc. Y me soltó lo siguiente: «Sí, hoy día estamos peor que en mi juventud. Las personas ya no hablamos unos con otros. Se ha perdido la sana de costumbre de saludarse, de darse los buenos días…» Por cierto, se fué con 99 años camino de los 100.
A lo que se refería, es que a pesar de vivir casi toda su vida en una casa apartada del pueblo más cercano, y ahora vivir en un edificio de 10 plantas con 40 viviendas… apenas había comunicación. Y, en gran parte, es lo que ha traído este nuevo siglo: una nueva manera de comunicarse. No ya entre unos y otros en la vida cotidiana, sino que mucho más notorio y drástico, en la forma y maneras de que nos llegan los mensajes (tanto de personas como de empresas). Y entre que, unos, ya nacen con la nueva forma de comunicación, más o menos implantada, y otros (muchos) siguen resistiéndose al cambio, la comunicación parece costarnos un poco más ¿cierto? Y ya no hablemos a la hora de buscar una oportunidad laboral o un trabajo…
Cada vez es más necesario aprender, manejar y aceptar herramientas y sistemas que surgen, y que utilizamos para comunicarnos entre personas, o para enviar mensajes publicitarios. Aquí algunos puntos que me parecen importantes y para tener en cuenta.
– Tenemos que poner más énfasis, en aprender y comprender como se genera, se envía, se visualiza y se gestiona la comunicación a través de los medios digitales.
– Adoptar una mayor predisposición, a difundir contenidos y/o noticias, y si es posible en el tiempo y lugares adecuados, aportando y manifestando el origen de dichos mensajes.
– Como partes de un todo, habremos de usar las nuevas tecnologías y los medios digitales, tanto para nuestro propio desarrollo personal, como para ayudar a conseguir diferentes objetivos por parte de otras personas y/o sectores de otros lugares.
– Una parte importante, que nos facilitan estos nuevos tiempos y el uso de plataformas y medios digitales, es la eliminación de barreras físicas y distancias, tanto en el campo de la colaboración y trabajo en equipo, como el caso de cooperación y compartición de conociminetos, y la cocreación de contenidos.
– Conocer y respetar las nuevas y distintas formas de vivir en el planeta a través de la comunicación online. Conservar y hacer ver el buen uso de una sólida reputación online, tanto por nuestra parte como de terceras personas. Mención especial al tema del ciberacoso, así como con los distintos fraudes via online.
Podría extenderme mejor y más ampliamente. Pero, con respecto al último punto, incido en la importancia del manejo de información reservada desde nuestra parte, así como la que permitimos que circule y se distribuya en el mundo digital. No se trata de hacer las 24 horas de policía en la red, sino manifestarnos y comportarnos de una manera ética con el resto. Quizás si deberíamos de aportar más, en cuanto a las medidas de protección a llevar a cabo, para proteger la identidad e intimidad de los nuevos usuarios, con más información y formación (gratuita o no, allá cada uno) del funcionamiento de las distintas herramientas y servicios digitales. Es decir, observar y hacer saber a aquellos, que por su desconocimiento, ponen a disposición de un mundo globalizado, tanto sus datos como información de terceras personas. Pasar de hacer una comunicación básica a una excelente, sólo trata de hacer funcionar mejor una red, que cada vez, afecta a más y más personas. Cuanto más ayudemos y colaboremos, tanto en la seguridad como en la reputación online de otros, más y mejor redundará en la nuestra propia, así como en nuestra comunicación. GRACIES güelu (abuelo en asturianu).