Deseos versus hechos. Sobre un nuevo año.
Cuando comienza un año nuevo, bueno quizá ya antes, cuando va finalizando el anterior, la inmensa mayoría de la población comienza a hacer deseos mentales para con el próximo año. Que si Paz, que si Felicidad, que si Amor, que si Trabajo… Y luego resulta que año tras año, una gran parte de la población es diagnosticada con depresión (casi cinco millones de personas sólo en España). Pero antes de hablar de algo, conviene saber de qué se trata, ya que el 30 % de los que acuden al psicólogo, no saben que la padecen. Y la depresión, es ese estado en el que estás con un sentimiento de gran abatimiento e infelicidad. Si darnos cuenta, porque pensamos que es cosa de amargados, voy a apuntar que eso conlleva un coste de 150 millones de días de trabajo perdidos en la Unión Europea, a causa de ésta dolencia. Sólo en dinero, nos cuesta el 1 % del PIB de la UE ¿Alucinante verdad?
¿Y a qué viene ésto? Pues viene casi a lo de siempre… Es decir, que seguimos haciendo lo mismo para obtener los mismos resultados. Porque una cosa es que al sistema y, sobre todo, a la industria farmecéutica le interese que las personas se encuentren así; y otra, es que la mayoría continúe como corderos en el rebaño. Aún a sabiendas que los antidepresivos no curan la infelicidad, en los últimos años se ha aumentado enormemente el consumo de este tipo de fármacos. Hay casos, como en el de España, en el que se ha multiplicado por dos. Pero, también, y a buen ritmo, en el norte de la UE van batiendo récords. Y es que década tras década, y debido al ritmo de vida y a las altas exigencias laborales, la depresión, el estrés y la ansiedad, están tomando la apariencia de una pandemia silenciosa, en la que, en el fondo, la gran beneficiada es la industria farmacéutica. Y luego, como somos muy proclives, a que nos solucionen el problema, en vez de hacerlo desde nuestra parte…
Pero resulta que navegando por la red, se encuentra uno con casos totalmente diferentes a nuestro ritmo de vida. No sabía de ellos, a paesar que me gusta conocer particularidades y datos o cosas que se salen de lo normal o estándar. Se trata del pueblo Hadza. Un pueblo en el norte de Tanzania, que vive sin reglas y sin calendario, y que no crían ganado ni cultivan la tierra. Llevan una existencia, de cazadores-recolectores, que apenas se ha modificado durante diez mil años. Viven, absolutamente, sin ningún tipo de preocupación. Si quieren dormir, duermen. No existe el matrimonio, el cual suele durar unos años, y los niños son criados en comunidad. Cuando tienen hambre, cazan animales o recogen bayas. Cuando alguien muere, sin ningún tipo de ritual, lo entierran en cualquier lugar, sin ningún tipo de dolor. Si se ven amenazados, cambian de ubicación. Jamás piensan en el futuro. Sus posesiones se limitan a cuatro cosas: un cuchillo, un arco y flechas, una manta y un par de cazuelas. Nadie manda sobre los demás. Las presas cazadas, siempre son repartidas entre el grupo. Y, atención, aunque hay división de funciones y trabajo por sexos, las mujeres gozan del mismo respeto y valoración que los hombres. Sí, tienen algunas cosas en contra, como es el alto índice de mortalidad infantil y juvenil.
Por ello, quizás, debemos de reflexionar como y con que estilo de vida queremos estar y/o vivir. Con lo cual, me voy a atrever a manifestar unos pequeños hábitos que, sin duda, hacen que nuestra autoestima se mantenga alta y, por supuesto, que la depresión viva lejos de nosotros. Así:
– Al igual que solemos tomarnos nuestro tiempo para decidir que actividades realizar, es decir, que nos gusten; como por ejemplo ir al cine o estar con nuestros amigos, deberíamos de tomarnos un poco de nuestro tiempo y pensar como vivmos en nuestro día a día. Hoy puede parecernos que estamos felices y ya veis en que depara en la mayoría.
– Hacer deporte. El que sea. La actividad deportiva hace que nos sintamos mejor, tanto física como mentalmente. Y si, además, lo podemos llevar a cabo en contacto con la Naturaleza, mucho mejor.
– Insistir, si cabe, una vez más con la alimentación y el llevar una dieta sana y saludable. Más productos del campo, y menos «naturales» en los supermercados. Si queremos que el mundo mejore, tenemos que comenzar por nosotros. Más consumo de los productos estacionales y cercanos a tu casa.
– El descanso, suele ocupar una tercera parte de nuestro día a día. Como tal, debería de ser de calidad. Nuestra habitación tiene más importancia de lo que pensamos. Y, si dejamos cualquier aparto eléctrico fuera de ella, nuestra calidad de sueño mejorará. Como siempre, quien pueda disfrutar de vivir en el campo, mucho mejor.
– Volvernos más respetuosos con nuestro propio cuerpo. Menos medicamentos y más plantas, que al fin y al cabo es donde se obtienen la mayoría de ellos. Más contacto con esas terapias alternativas. Más meditación y música relajante, redundarán en más salud y más disfrute.
Y, por supuesto, que cada uno decida que vida quiere llevar. Pero sólo un reto: analiza este año que vas a vivir, y si no te gusta el resultado o sus efectos, el año que viene, sin duda, tendrás que hacer y realizar cambios. Que este año sea inundado por éxitos para ti y los tuyos.