Comunicar, transmitir, conocer… negocios, personas.
Hace unos días que no escribo y, aunque no sirvan las excusas, hay que decir que un viaje y un nuevo lugar, siempre pueden trastocar tus planes. Y no vayamos con exigencias por delante, por favor. Los lugares quedarán. Las personas, quizás ya no vuelvas a verlas.
Todo viene en relación a lo que llevo haciendo mucho tiempo a través de las plataformas digitales y sus/mis redes sociales. Siempre intenté comunicar y transmitir, aunque para algunos sea lo contrario, o bien otros no lleguen a comprenderlo. Está claro que no todo se puede/se debe de contar… Aunque creo, que cuanto más contemos, mejor será nuestra comunicación y lo que transmitimos a través de ella. Teniendo en cuenta, y muy en cuenta, que la comunicación es una parte nuestra, y otra de quien esperamos la reciba. Quizás un simil a un inicio de un noviazgo o relación. No digo de mentir o esconder asuntos, sino de generar confianza para que quien vaya a escuchar nuestro mensaje, esté preparado para hacerlo.
Y es que hoy, he tenido la suerte de sorprenderme gratamente a través de tres personas, a las que tras haber conversado alguna vez, bien por medio de chat o teléfono, ha sido el día en el que me he encontrado físicamente, con cada uno de ellos, por primera vez. Curiosamente, en tres lugares diferentes y con tres motivos diferenciados. Por situaros, en una reunión de trabajo en un hotel; en un restaurante disfrutando de una deliciosa comida; y en una casa especial que tiene la virtud de ser lugar de encuentro y/o negocio de muchas y variadas personas de una gran ciudad. Y a las tres personas, a través de las distintas conversaciones, nos ha unido la causalidad del uso de redes sociales. Un vehículo que la mayoría se empeña en devaluar, pero sin embargo es utilizado por esa mayoría criticona (la mayor parte sin un fin específico y, también hay que decirlo, sin conservar unos modales correctos).
El abstrarse, el hacer un uso para tejer relaciones profesionales y, también, el ampliar los contactos personales, es algo en que coincidimos ellos tres y yo. ¡¡Qué causalidad!! También, el uso comedido o con unas formas adecuadas, lleva a que el interes de las partes, a lograr el romper barreras y acercar personas (el verdadero y real uso de las nuevas tecnologías). Porque como uno de ellos (que por cierto, entre ellos no se conocen personalmente aún) comentaba, los contratos se continúan firmando con bolígrafo y cara a cara.
Y en todos y cada uno de los casos, las personas muestra y opinan lo que cada uno considera oportuno. Eso sí, cada uno en su muro o timeline que, por cierto, es su casa digital, a la cual cuidan y mantienen, con más mimo si cabe, que su propio hogar. Porque a través de este medio, intentamos ser un poco más comedidos, más conciliadores, más respetuosos. Porque, el conseguir no ya amigos virtuales, sino una complicidad y, porque no, un estímulo cada día, a través de los comentarios, las fotos, los éxitos y/o los fracasos, o de los gustos y aficiones de los otros, es algo que beneficia a todas las partes y, por ello, facilita y aumenta la comunicación. Comunicamos, transmitimos, y ello nos lleva a conocer bien otros negocios u oportunidades, o lo más importante: nuevas y enriquecedoras personas.
Eso sí, si os mostrase a cada uno, a través de sus identidades digitales, observaríais, en primer lugar, que no hay engaños; que son muy similares, casi iguales, a lo que dan a entender, como lo que te encuantras en la realidad. Y eso, es muy importante. Eso es credibilidad. Eso redunda en prestigio, en caché, o llamarlo como querais. Eso es crearse una excelente reputación online. Eso es, y será, éxito en las relaciones. Eso es, y será, éxito en los negocios (si los llevas a cabo). Eso es, y será,vida doblemente enriquecedora: la real y la virtual.
Que cada cual haga el uso que crea es el mejor, del mundo digital. Pero, como han comentado, si no hubiese expresado y comunicado como soy, quizás no hubiera logrado reafirmar una amistad y unos contactos, de verdad, que merecen la pena. Además, no os olvideis, que he intentado hacer negocios. Pero, eso, los negocios, serán cuando tenga que ser.