En grandes empresas, este tipo de dinámicas suelen estar más controladas. Es decir, que aunque, a veces, se producen errores, es más difícil observarlos que en las medianas y pequeñas empresas. ¿Por qué? Fundamentalmente, porque al tener personal contratado a tal efecto (bien propio o externo), solemos pedir resultados, ejemplos y control sobre los mismos, ya que nos cuestan dinero ¿cierto? También, desde nuestra posición, solemos aconsejar que, bien la dirección o alguien de la empresa, esté al tanto de lo que acontece y sucede en las redes sociales de y con la compañía.
Sin embargo, en muchas medianas y pequeñas empresas, y muchas veces debido al coste que puede suponer el contratar a profesionales para ésta tarea, se suele delegar en el «pariente» de turno o conocido… ¡¡Mala decisión!! Todos sabemos la frase, de que lo barato, al final, sale caro ¿verdad? Nosotros, además, solemos decir, que en ésto de las plataformas digitales y redes sociales hay un costo claro, y que cuanto antes lo asumamos como una parte más de la empresa, mejor nos irá. O tiempo, o dinero. Que cada cual decida que camino tomar. Nosotros, solemos aconsejar una opción mixta, en la que, además de aprender, se lleva a cabo el trabajo de comunicar con y hacia los clientes.
La principal norma, debe de ser que haya normas. Porque si con todo planificado, se producen errores, sin reglas claras y concisas sobre el uso y temas a publicar, podría ser el caos, o el inicio de una pequeña gran crisis de reputación online. Si se publicará sólo desde dispositivos de la empresa. Sobre los horarios de publicación. Quien y cuando está llevando a cabo la tarea. Que hacer en caso de duda o si los usuarios nos plantean preguntas. Son algunos de los ejemplos que debemos de tener en cuenta y, sobre todo, que haya comunicación entre la o las personas que hacen el trabajo y la propia empresa. Que muchas veces, se suele decir «ese es vuestro despacho» y hasta que surja un problema nadie habla.
En segundo lugar, y no menos importante, es el tema del personal que se hará cargo de publicar. Repetimos, podemos elegir personas externas o internas, pero deben de ser profesionales y, por supuesto, en la empresa debe de haber alguien que supervise y esté al tanto de todo lo que sucede. Olvidémonos, por favor, de los familiares y «salvavidas» de última hora. Quizás no podamos hacer todo lo que deseamos, pero iniciar con paso seguro y firme, es la mejor opción. Y, también, no todo tiene que tener unos costos sobredimensionados, para que una comunicación sea efectiva.
Y, para finalizar, tocaremos el tema de contraseñas y acceso a los canales en los que está presente la empresa o negocio. Deberíamos de cambiarlas con cierta asiduidad y sin avisar. Nada de la misma siempre y, encima, fácil de recordar y, por ello, estar al alcance de cualquiera. Otro factor muy importante, es con las aplicaciones que podamos utilizar para publicar, ya que aunque cambiemos la contraseña, quedan y continuan disponibles para esa aplicación. No estaría de más, un contrato o documento, en el que las personas encargadas firmen y se comprometan a cumplir y respetar las normas, para evitar posibles disgustos y malos tragos.
Recordemos que ser precavidos, en muchas ocasiones, vale por mucho más que por dos. Ánimo y a llevar al mundo nuestra empresa o negocio, a través de las plataformas digitales.