Durante más del 90 % de nuestra historia, la humanidad ha vivido sin utilizar dinero; ahora somos la única especie en usarlo. ¿Tendrá algo qué ver con qué somos la especie con menos contacto con la Naturaleza? Pero la pregunta hoy día, es la siguiente: ¿podríamos vivir todos sin dinero? Hace poco más de un mes os contaba la historia de una mujer, Heidemarie Schwermer, la cual vivía sin dinero. Pues bien, ahora me llega otra historia de vivir sin dinero, esta vez el protagonista es un irlandés, Mark Boyle.
Anteriormente era gerente de una gran empresa de comida orgánica, con la que ganaba lo suficiente como para tener un buen yate en el puerto. Una noche, en su yate, hablando sobre la vida con una copa de vino en la mano, tras ver un documental sobre Gandhi todo cambió… Recordó y repensó sobre la destrucción ambiental, sobre las guerras por los recursos naturales, de la explotación laboral, de las granjas industriales, de tantas y tantas cosas que han llevado a este planeta a su límite. Pero una frase de Gandhi en el documental (Sé el cambio que quieres ver en el mundo), le dejó marcado. Muchas personas no quieren hacer sufrir a las demás, pero la mayoría no saben realmente lo que su consumo afecta a los demás; es por ello que no vemos ni pensamos en las consecuencias que nuestro consumismo desmesurado tiene en otras personas, el medio ambiente o los animales. No somos conscientes del nivel de destrucción y sufrimiento que generan los productos que consumimos a diario, así que para ser el cambio que quería ver en el mundo decidió que debería vivir sin dinero… ¡como mínimo un año de su vida!
Decidió comenzar, y lo hizo elaborando una lista con lo que creía que sería lo básico para sobrevivir. Y Mark Boyle lo logró gracias a que consiguió su alojamiento, en una caravana, trabajando como voluntario en una granja orgánica que ayudó a renovarla para hacerla autosuficiente; utilizaba un río para bañarse; los periódicos los utilizaba para el baño; se desplazaba en bicicleta; y cortaba o recogía madera para calentar su caravana, en una estufa hecha con un antiguo bidón de gasolina. «Sorprendentemente, ese año fue el más feliz de mi vida. Tengo más amigos que nunca, no he enfermado y nunca he estado más en forma físicamente. He encontrado en la amistad y no en el dinero, la verdadera seguridad. Ahora estoy seguro que la mayoría de la pobreza de occidente es espiritual, y que la independencia es realmente interdependencia», asegura Mark Boyle. Todas sus vivencias y reflexiones, están reflejadas en el libro «Manifiesto para una vida libre de dinero», el cual es una guía para conocer cómo alguien puede conseguir vivir sin dinero en un mundo que está diseñado para absolutamente lo contrario. También escribió otro libro posterior «Drinking Molotov Cocktails with Gandhi», Mark quiere que cambiemos las tres erres «reducir, reutilizar y reciclar» por «resistir, rebelarse y reasalvajarse».