Una pequeña ola disfrutaba junto a sus compañeras de la vida en el mar. Saltaba, se escondía, brincaba, jugaba con delfines y gaviotas… ¡Era realmente dichosa! Sin embargo, un día la corriente la arrastró hacia la costa. Entonces se fijó en que otras compañeras suyas se dirigían a las rocas, haciéndose cada vez más grandes. Al final, terminaban estallando en forma de espuma y deshaciéndose. En ese momento dejaba de verlas para siempre.
Angustiada, la pequeña ola buscó ayuda. Fue así como se fijó en Seguir leyendo