Parece ser que el ser rico es más propio de derechos que se heredan y, por lo tanto, siguen siendo pocos año tras año. O más bien crece su número de una manera lenta, segura y progresiva, pero siempre dentro del mismo ámbito de influencia. Sin embargo, el resto, la gente que no es rica, aumenta como una plaga. En todos los campos, en cualquier país… No hay quien detenga ese hecho diferencial, cuando, en estos momentos de la historia de la humanidad, se encuentran el mayor número de oportunidades, a la vez que disponemos del mayor nivel de riqueza que haya podido disponer el hombre sobre La Tierra. Nos atrevemos a mostraros los hechos diferenciales en cuanto a costumbres, hábitos y pensamientos, que hacen que unos puedan y alcancen todo lo que el planeta puede ofrecer hoy día; mientras, la mayoría, cada vez vive con menos y con más agobios.
– Quizás sea lo que marca el resto, pero suele ser frecuente (os animamos a comprobarlo) que, mientras que la gente rica piensa que en la pobreza se encuentra el indicio de todo mal; los pobres suelen pensar, creer y comentar que la raiz de todo mal viene por parte del dinero. Para nosotros, el dinero, ni es malo ni es bueno (una energía más que debemos de aprender a manejar), sólo depende del uso que cada uno haga de él.
– Los ricos ven en el egoísmo una virtud, mientras que el resto lo ve como un vicio o un defecto.
– La gente rica suele disponer de una mentalidad más basada en la acción, mientras que el resto confía mucho en el efecto «lotería», racha, destino o similar.
– Sin ser malos ni unos ni otros, está claro que la gente rica visualiza más y mejor Seguir leyendo