Está claro, que cada vez existen más evidencias de que la microbiota, o flora intestinal, lleva a cabo un papel clave, no sólo en la salud física, sino también en la psicológica y emocional de las personas. Tan evidente, como que en el cuerpo humano existen dos sistemas nerviosos: el sistema nervioso central (conformado por el cerebro y la médula espinal) y el sistema nervioso entérico (el sistema nervioso intrínseco del tracto gastrointestinal); conectados por medio de un nervio muy importante (llamado nervio vago) que es el responsable de unirlos como una especie de autopista principal, y mediante el cual las bacterias del intestino lo utilizan para traspasar información al cerebro. Y, por si no lo sabías, el intestino manda más señales al cerebro que el cerebro al intestino.
Pues bien, y aunque el estudio del que vamos a comentar ya tiene un tiempo (fue publicado en la revista Gastroenterology en el año 2013), viene de actualidad para con nosotros, ya que, y después de casi un año de prueba de los productos que comercializamos para con la microbiota, vamos a ir escribiendo y subiendo artículos e información a nuestro blog y web. Comencemos por Seguir leyendo