En este año 2019, he decidido que ya bastaba de quejarse (solo de viva voz) contra ciertos comportamientos; en especial, aquellos provenientes de las actuaciones de las compañías de mensajería. Por ello, decidí que no iba a dejar pasar una sola sin llevar a cabo, según las leyes de Spanishtán, las oportunas reclamaciones como usuario (sea receptor/emisor) de las distintas compañías que ofrecen dichos servicios.
Cabe señalar que la percepción de sus servicios, en general, es más que buena y satisfactoria. Sin embargo, cuanto más grande es una empresa de mensajería y tienes la «suerte» de tener una incidencia con ella, ahí comienza la travesía del desierto de la sinrazón. Y en este caso llegó la inigualable SEUR… Seguir leyendo