Suicidio y famoso… ¡¡buen reposo!!
Es curioso, pero ya llevo un par de días mordiéndome la lengua (y algo más). ¿Por qué? Pues como siempre pasa o sucede, resulta que un famoso se suicida y todo son lamentos. Que si ésto o lo otro. Y, por cierto, muy pocos son los que reflexionan de verdad.
Lo primero que creo, es que somos un poco fantasiosos. Que, aunque parezca lo contrario, la Iglesia y Disney (por éste orden) han hecho mucho daño. ¡Sí! Siempre esperando que otros nos revelen el maná o «bajen» a arreglar lo roto o descompuesto. Y como alguien normal, nunca lo han subido a los altares, pues parece que la persona media, no goza de ciertos privilegios. Al contrario, si cualquiera de nuestros conciudadanos se suicida, muy pocos honrarán su memoria de la misma forma que hacemos con un personaje famoso.
Por eso, no ya lo de que como es famoso (¿por qué?) ya se merece todo. Cada día se quitan la vida en el mundo unas 9000 personas. Sólo en USA, el acoholismo termina con entre 80000 y 100000 vidas al año. ¿Muchas? ¿Pocas? Son las que son. Yo sólo me pregunto ¿qué tienen unas más que otras? Porque ya, y dentro del despropósito o la valentía (muchos dicen que es de cobardes suicidarse, pero si fuese sencillo, seguro, habría más suicidios) de quitarse la vida, si tu vida ha llegado a un punto asfixiante por parte de la sociedad y los mercados, casi que tiene un pase… Pero que teniendo casi todo lo que una buena suma de dinero te puede permitir (buenos tratamientos, los mejores especialistas, etc) que te rías así de la vida, mientras otros, y con muchísimo menos, nos dan lecciones todos los días de porque merece la pena vivir y, encima, feliz y contento…
Hay datos y referencias a famosos que, muchas veces, dejan en entredicho la fama que nos creemos y nos han contado. Sin embargo, repito, es o era famoso y punto. Sin embargo, esto no quiere decir que sean o hayan sido unas malas personas. Al contrario, cada uno ha venido a experimentar muchas, o pocas, cosas a éste mundo y, por ello, a mi me merecen el respeto a su vida (se suiciden o no). Es, por nuestra parte, que tenemos que sacar esas conclusiones que nos permitan seguir evolucionando y avanzando. Y, repito, hay mucha más vida (y desgracias) a nuestro alrededor, que las que nos colocan a modo de zanahoria delante de nuestras narices.