Uno de los órganos imprescindibles en nuestro organismo, es el hígado. Y más, si nos paramos a pensar en el estilo de vida que llevamos en estos tiempos; ya que es el órgano clave para liberar al cuerpo de venenos y sustancias tóxicas. Queriendo, o sin querer, nuestro hígado está todo el día sometido a un exceso de trabajo y, por tanto, el estrés también le afecta. Es como una verdadera depuradora, en miniatura, para con todos aquellas sustancias tóxicas a las que nos exponemos cuando comemos, bebemos y respiramos (alcohol, contaminantes, productos sintéticos, metales pesados, medicamentos, etc).
Es el órgano más grande (exceptuando a la piel), el más pesado (con un peso aproximado de 1,5 kg) y uno de los más complejos del cuerpo humano. Está formado por 300 trillones de células especializadas que intervienen en más de 500 funciones esenciales. Por ejemplo, y con la ayuda de la vesícula biliar, desempeña un papel decisivo en la digestión y en la absorción de los nutrientes. Así mismo, sintetiza proteínas (a partir de los aminoácidos), el colesterol y las sales biliares. Permite la absorción de las vitaminas liposolubles A, D, E y K (solubles en los cuerpos grasos), de oligoelementos como el hierro y el cobre, que puede almacenar en pequeñas cantidades. Contiene enzimas que permiten miles de millones de reacciones químicas que tienen lugar en el cuerpo y en las células, y que son indispensables para seguir viviendo. Almacena la glucosa y la lleva a la sangre, en función de las necesidades del cuerpo. El hígado convierte las grasas en energía, y actúa sobre las hormonas, llegando a eliminarlas cuando ya no son necesarias.
Aunque nuestro hígado cuenta con multitud de enemigos, se da una circunstancia muy particular y, debido a ser tan importante para el funcionamiento del organismo, es que es el único órgano que puede regenerarse dentro del cuerpo humano; ya que ello se produce con bastante frecuencia por causa del alcohol, mediante virus (hepatitis C y B), por anomalías genéticas, o a causa de alteraciones metabólicas, cáncer…. Sirva como ejemplo, que si nos extirpasen un trozo de hígado, o bien que, por accidente, perdiésemos una parte, la que falta volvería a crecer (es suficiente con que basta con que un 25 % del hígado esté sano para que pueda regenerarse por completo).
Las enfermedades del hígado pueden observarse a través de varios síntomas: fatiga, problemas renales y sexuales, ictericia (coloración amarillenta de la piel o de los ojos), aumento del volumen del abdomen o edemas. Por ello, es fundamental llevar a cabo una alimentación y un modo de vida sanos, para cuidar y proteger al hígado. Surgen cada vez más investigadores que reconocen la necesidad de protegerlo en momentos en los que se le exige más, como, por ejemplo, cuando se toman medicamentos (antiinflamatorios o paracetamol), si padecemos hepatitis o bien si mediante un análisis de sangre los parámetros indican una disfunción de este órgano. Hoy día, y a través de los remedios naturales, podemos proporcionar los mimos y sustancias requeridas para con nuestro hígado. Nosotros disponemos, y recomendamos, el DepurAllium, de la gama Complex de Niger Allium; que a la base de tintura de ajo negro ecológica, se le añade cardo mariano, ortiga, rábano negro, diente de león y la conocida como la «planta del hígado» el Desmodium Adscendens.