¿Por qué hay qué vender?
Si preguntasemos a alguien que busca trabajar, y le dijésemos que tiene que vender ¿qué creeis qué haría? Seguramente, y sin ser directos, buscaría excusas para no aceptar el puesto ¿cierto? Cantidades de personas buscando trabajo, y cantidades de empresas buscando personas para que vendan sus productos ¿habrá forma de arreglarlo?
Quizás sea algo endémico de la zona donde vivo, aunque he estado y viajado por muchos lugares, suelen parecerse unos a otros. Si a la mayoría de las personas les gusta comprar ¿por qué no se preguntan cómo ha llegado eso ahí? La verdad es que cada vez se ven menos representantes, comerciales o vendedores. Bueno, no tan pocos, lo que pasa es que hay muchos «vendebiblias», pero esos no están para vender, sino para conseguir dinero. Digo que por la zona donde vivo, la mayor ilusión de una persona (de hecho se preparan durante años para ello) es conseguir un puesto de trabajo para toda la vida, y salvo los puestos de la administración de los diferentes organismos oficiales, en el resto de empresas, fabriquen lo que fabriquen, tienen que vender lo que producen para pagar a sus empleados. Que hay una empresa que produce hierro… habrá que venderlo. Que en una pastelería hacen pasteles… habrá que venderlos. Que hay un taller mecánico… habrá que vender sus servicios. En fin, que hay que vender. Y creo, personalmente, que aparte de la supuesta comodidad del puesto fijo, también hay cierta culpa por parte de las empresas y sus dirigentes o dueños, en no comunicar y hacer partícipes a los trabajadores de la situación comercial de las mismas.
Porque esa mayoría que dicen que no les gusta o no quieren vender ¿qué hacen cuando quieren cambiar su coche? ¿o cuándo quieren un piso nuevo? O mejor aún ¿qué hacen cuando les gusta otra persona… se venden o no? O sea, depende de nuestro interés u objetivo, será el que nos mueve a vender o no hacerlo. Por ello, implicar y concienciar, además, y sobre todo, de no desprestigiar a quienes realizan una función tan digna como cualquier otra. Para mi, un gran ejemplo son la cantidad de subsaharianos que día sí, y día también, recorren calles y pequeños negocios de multitud de ciudades. Hablas con muchos de ellos y son, en gran parte, personas con estudios, y están vendiendo. ¡Qué actitud! ¿Cuántos «no» reciben cada hora? Y siguen, y perseveran. En el fondo, y si no fueran por muchas leyes, les va bastante bien (recordad que muchos envían dinero a sus países de origen).
Por ello, para quienes van a vender día a día, como los que lo harán alguna vez de manera ocasional, me gustaría aportar unas frases. Así:
– como vendedores, debemos de saber, sin duda alguna, de escuchar a los clientes.
– al escuchar a los clientes, observaremos que nos manifiestan sus necesidades.
– y si no tienen necesidades, hablarán de sus problemas; tras lo cual debemos de ser capaces de aportarles soluciones.
– debemos de no olvidarnos de conseguir información y, si esposible, datos de personas y potenciales clientes, todos los días.
– planificar nuestro trabajo y conseguir objetivos, deben de estar implementados en nuestro día a día.
– cualquier campaña o estrategia de marketing, debe de llamar nuestra atención, para adoptar lo necesario para con la nuestra.
– porque un cliente satisfecho y correctamente fidelizado, es nuestra mejor voz y plataforma en la calle.
– las distintas plataformas digitales, con sus redes sociales, nos ofrecen hoy en día numerosas oportunidades, y se convierten en nuestros grandes aliados.
Espero haya sido de tu ayuda. Y, recuerda, que no todo está escrito; ni todo está garantizado. Tu capacidad para adaptarte, tanto a nuevos mercados, como a nuevos productos y, por supuesto, a nuevos clientes, sin duda, será lo que marque la diferencia entre tu y el éxito.