Un turista llegó a una ciudad con el propósito de visitar un famoso sabio. A su llegada, se sorprendió al ver que éste vivía en un cuartito muy simple y lleno de libros. Las únicas piezas del mobiliario eran una cama, una mesa y un banco.
– «¿Dónde están sus muebles?», preguntó el visitante.
– «¿Dónde están los suyos?», repuso rápidamente el sabio.
– «¿Los míos?», se sorprendió el turista, «pero, ¡si yo estoy aquí solamente de paso!»
– «Yo también», concluyó el sabio.