Es de sentido común que, ante cualquier persona que vaya a comer, bien sea en una casa particular o bien en cualquier restaurante (sea de la categoría a la que pertenezca), se le otorguen ciertos derechos.
Sobre todo, nos vamos a fijar un poco más en el sector de la restauración, ya que entendemos que ahí nos van a cobrar un dinero a cambio del servicio y su comida. Pues hemos pensado que, aparte de que se le otorgue una atención personalizada, así como que esta sea amable y sin olvidarnos del tiempo, habría que tener en cuenta también ciertos factores como la limpieza, los valores nutricionales, los sabores y la presentación.
Así, creemos, que cualquiera que vaya a comer, debería de contar, al menos, con estos derechos:
– derecho a pedir información y a ser debidamente informado
– derecho a gozar y disfrutar de una alimentación saludable
– derecho a juzgar sus necesidades y establecer sus prioridades
– derecho a disponer de tiempo suficiente
– derecho a modificar los hábitos alimentarios cuando lo estime oportuno
– derecho a decir basta, si lo desea cuando se le invita a comer
– derecho a que se respete su forma de comer mientras no moleste a los demás
– derecho a comer en un ambiente tranquilo y relajado
– derecho a no ser blanco de mensajes engañosos o manipuladores
– derecho a obtener aquello por lo que paga