Según vamos «sufriendo» el mundo en el que vivimos, está claro que el futuro próximo pasa por cambiar el uso de automóviles de combustibles fósiles, por otros vehículos eléctricos. Pues ahora, y mediante un grupo de estudiantes holandeses, han logrado construir el primer coche biodegradable del mundo: Lina.
El modelo, que tiene espacio en su interior para cuatro personas, está fabricado en su totalidad a base de remolacha y lino; su peso es de 310 kilos y su autonomía llega a casi a los 100 kilómetros. Destaca que todo este coche, salvo las ruedas y la suspensión, está fabricado con compuestos biológicos y bioplásticos obtenidos de productos naturales; la remolacha es la base del bioplástico que da la forma al chásis, el cual se envuelve en láminas de otro biocompuesto obtenido a partir del lino que otorga más rigidez. Todo ello, y mediante materiales que nunca antes se habían utilizado en el diseño y fabricación de un coche, hacen que Lina se convierta en un vehículo ligero y más eficiente.
De momento, el prototipo de este coche ideado por los estudiantes de la Universidad Tecnológica de Eindhoven (Holanda), incorpora baterías modulares con una potencia de 8 kw, lo que le permite alcanzar una velocidad máxima de 80 km/h. Sus creadores confían que Lina pueda lanzarse al mercado habiendo pasado las pertinentes pruebas y, por supuesto, una vez reciba la aprobación por parte de las autoridades. «Es el próximo paso hacia lo que pensamos que será el coche del futuro», manifiesta Noud Van de Gevel, responsable del equipo que ha dado forma a este coche bio.