No tiene que ser un dato verificado, pero, y al parecer, cuando llega la primavera y el verano, por parte de quienes no tienen una pareja fija (aunque las infidelidades también aumentan) parece ser que se da un poco más de libertad y se producen más contactos con otras personas (sean del mismo sexo o no). Pero no estamos aquí para criticar o prejuzgar las relaciones que una o uno deseen mantener con otros… Lo que sí queremos recordar es que, más allá del contacto físico entre las personas, cuando intimamos o mantenemos contacto físico y/o sexual nuestro cuerpo no intercambio información y energía sólo con esa persona, sino que, también, con las otras personas con las que mantuvo, con anterioridad, esa otra persona. Y, queramos o no, eso va a afectar a nuestra constelación familiar.
Cuando estamos con otra persona, nuestros chakras intercambian energía (sobre todo el del corazón); y al ser una relación sentimental, ese intercambio de información y de energía, es más fuerte de lo normal, por lo que debido a ello se van formando hilos invisibles llamados «cordones», que nos van uniendo cada vez más con esa persona. A ello hay que añadir, además, que durante las relaciones sexuales, haya sentimientos de amor o no, se forman otros «cordones» íntimos mucho más cercanos; los cuales irán adhiriéndose a nuestro cuerpo hacia esa o esas personas hasta que seamos conscientes de ellos y podamos o decidamos cortarlos.
Por eso, en nuestros talleres de Constelaciones Familiares, uno de los puntos importantes, es el cortar cordones con/hacia otras personas (estén o no en nuestra Constelación Familiar). Ya que si bien los cordones tienen sus aspectos positivos (recibimos y transmitimos amor), también aportan aspectos negativos como cuando cortamos esa relación y seguimos unidos a la misma, convirtiéndose en una pesada carga para con nosotros.