Nos encontramos con estas leyes, y como son tan pocas comparadas con la cantidad de leyes que, hoy día, nos toca cumplir, decidimos subirlas a nuestro blog. Esperamos que sean de vuestro agrado.
Todos tenemos bastante claro que dependemos del Sol. Sin él, en éste planeta no existiría la vida ¿cierto? Pues bien, el Sol, emite la luz solar; y con ella, los millones de glóbulos rojos (que sólo vemos cuando sangramos) que poseemos en nuestro cuerpo, transportan hacia el resto del cuerpo la vitamina D, que se transformó a través de unas pequeñás gándulas lubricantes existentes bajo la piel (llamadas esteroles), que al ser alcanzadas por los rayos solares unas sustancias llamadas ergosteroles se convirtieron en la vitamina D.
Son innumerables las propiedades y ventajas que, sobre nuestro cuerpo y mente, ejerce con influencia positiva la luz solar; por ello, a continuación vamos a reseñar las más comunes e importantes. Así:
– Ya en el siglo XIX, en 1877, los investigadores Downes y Blunt, descubrieron que el sol podía destruir las bacteria dañinas. Hoy se usa para curar infecciones bacterianas.
– También, y bajo la cantidad adecuada de luz solar, el cuerpo va a reducir el ritmo respiratorio, haciendo que la respiración se normalice y se torne más profunda.
– Es notoria la reducción drástica sobre la presión arterial alta, porque la fuerza del corazón se normaliza y se profundiza. Debido a que el músculo cardíaco está bombeando más sangre con cada latido, la velocidad del pulso se reduce (ésto hace que el corazón descanse más entre cada latido). Por sí mismos, los baños solares reducen la presión arterial en un promedio del 8% (y si los combinamos con ejercicio físico, llegan a un 15%).
– Reduce, en las proporciones adecuadas, la cantidad de azúcar en la sangre (sobere todo en aquellas personas diabéticas). Es debido a que hace que el nivel de glucógeno (azúcar almacenada) se aumente a través de la economía corporal; lo que redunda en que exista más energía para períodos más largos de actividad física, con más resistencia y menos fatiga.
– Lo mismo ocurre con el estrés: la luz solar sobre el cuerpo tanto calma los nervios como aumenta la adrenalina. Este relajamiento no es meramente mental; también es físico.
– En el año 1904, se descubre que la luz solar transforma al colesterol que se encuentra justo debajo de la piel en vitamina D, por lo que reduce el colesterol en la sangre. A las dos horas después de un baño solar, ocurre una reducción promedio del 13%, ya que el otro colesterol que se encuentra en el torrente sanguíneo es llevado a estos lugares para sustituir al que fue eliminado.
– Allá por el año 1970, y tras unas investigaciones llevadas a cabo en Rusia, descubrieron que los baños de Sol ayudaban a los pacientes de arterioesclerosis cerebral, mejorando su memoria y el funcionamiento mental.
Y podríamos seguir y seguir con las propiedades beneficosas del «astro rey» para con nosotros y nuestra nutrisalud. Por ello, es muy importante que nos aseguremos el recibir con frecuencia los vitales rayos del sol que nuestros cuerpos tanto necesitan para poder mantener la buena salud.
Vamos a terminar el artículo, con unas palabras del autor de un libro guía en éste tema, Sunlight, el doctor Zane Kime, que en la página 117 manifiesta lo siguiente: «La nutrición y la luz solar están íntimamente relacionadas. Al llegar a la piel, el sol puede producir ciertas hormonas y nutrientes como la vitamina D. A menos que se tenga una dieta apropiada, el sol ejercerá un efecto perjudicial sobre la piel. Ésto debe enfatizarse: los baños de sol son peligrosos para los que llevan una dieta americana standard de mucha grasa, o no consumen una abundancia de vegetales, granos integrales, y frutas frescas. Aquellos que usan una dieta standard de mucha grasa, debieran evitar los rayos del sol y protejerse del mismo; pero, al mismo tiempo, sufrirán las consecuencias de tanto la dieta de mucha grasa, y de la deficiencia causada por falta de los rayos solares».