El gordinflón barbudo vestido de rojo y blanco, que le trae regalos a los niños, es tan o más fantástico y apasionante que su propia leyenda. Y todo comenzó con San Nicolás, que vivió durante el siglo IV en Ptara (en el sudoeste de la actual Turquía), donde fué ordenado sacerdote de joven, para años más tarde fallecer como arzobispo de Myra. Fue conocido como el obispo de los niños, por su amor a los pequeños, y se hizo muy popular por su gran generosidad y amabilidad con los más necesitados y los niños, a quienes hizo beneficiarios de su fortuna personal. Su fama se extendió más allá de las fronteras de su región y comenzó a ser protagonista de gran cantidad de leyendas; como las salidas nocturnas para repartir regalos entre los necesitados, hasta milagros como calmar una terrible tempestad o resucitar a un marinero egipcio. Pero cuando su fama se extendió, fue cuando sus huesos fueron robados en Myra, por unos marineros que lo llevaron a la ciudad italiana de Bari. Apenas llegó allí, ya empezó a obrar milagros y su fama voló como el viento por toda Europa.
En la mitad del siglo XIII, la tradición venía haciendo que San Nicolás, repartiese los regalos y juguetes durante la noche del 5 al 6 de diciembre. Pero
apareció Christkind (el niño Jesús), que comenzó a repartir los regalos durante el día de Navidad; hcho que forzó a que San Nicolás comenzase a entregar sus regalos el día 25. Esta costumbre, la de repartir regalos a los niños en Navidad, rápidamente fue aceptada por toda Europa, pero a partir de la figura básica del San Nicolás medieval, mezclada con las diferentes leyendas locales (como los gnomos, el padre invierno nórdico, la bruja buena italiana y muchos otros más). Pero es en Holanda (a partir del siglo XIII) donde la tradición de San Nicolás se implementó de una forma más intensa, llegando incluso a nombrarlo santo protector de Amsterdam. Por aquellos días se le representaba vestido con ornamentos eclesiásticos, con barba blanca, montando en un burro, y llevando un saco o cesta con regalos para los niños buenos, y un manojo de varas para los niños desobedientes. Un poco más tarde, hacia el siglo XVII, solía llegar con un caballo blanco en un barco llamado Spanje (España), y siempre acompañado por su fiel sirviente musulmán Zwarte Piet (Pedro el Negro), un sonriente personaje que llevaba un saco lleno de golosinas, que era lo suficientemente grande como para que, cuando se quedara vacío, pudiera meter en él a todos los niños que se habían portado mal durante el año para llevárselos a España (un castigo horrendo para la época, ya que estaban en guerra con este país).
Y es durante el siglo XVII, cuando la tradición de San Nicolás traspasó el Atlántico, junto a los colonos holandeses hasta los actuales territorios de los Estados Unidos, donde fundaron Nueva Amsterdam (lo que es actualmente la ciudad de Nueva York), en la isla de Manhattan. Durante este tiempo se produjeron algunas modificaciones, como la desaparición de la tradición del personaje de Pedro el Negro, que se quedó en Europa.
Sin embargo, el hecho que definitavemente nos hizo llegar hasta hoy la figura de Papá Noel, es la aparición el 23 de diciembre de 1823 de un poema titulado: “Un relato sobre la visita de San Nicolás”, escrito por Clement C. Moore. Es aquí cuando se le hizo más creíble al personaje, al cambiar el trineo tirado por un caballo volador por uno tirado por renos, y se le empezó a definir como un tipo alegre, rechoncho y de pequeña estatura, lo que le asemejaba a un gnomo. A lo que contribuyó, sin duda, las ilustraciones aparecidas y publicadas por el dibujante Thomas Nast (en la revista Harper´s de 1860 a 1880), en las que aparecían detalles como la ubicación del taller de Santa Claus en el polo norte, y su vigilancia sobre los niños buenos y malos de todo el mundo, y donde apareció con la indumentaria actual vistido de rojo y con pieles.
Pero su exportación como icono mundial, se produjo durante finales del siglo XIX y principios del XX, donde se fue extendiendo por casi toda Europa. Llegó a Gran Bretaña, con el nombre de Father Christmas o Padre Navidad; luego llegó a Francia, en donde adoptaría el nombre de Père Noël o papá Navidad, del cual deriva como se le conoce en España y gran parte de Hispanoamérica, Papá Noel.
Pero quien definió la imagen actual de Papá Noel, fue la compañía Coca-Cola en el año 1931. Un encargo a Habdon Sundblom, para que modificase el Santa Claus de Thomas Nast para la campaña publicitaria de Navidad de ese año. Hizo un Santa Claus más alto, todavía más gordinflón con un rostro bonachón, de ojos pícaros, chispeantes y amigables, con pelo blanco, larga barba y bigote blanco. La vestimenta se mantuvo con los colores rojo y blanco, pero su traje se hizo más lujoso y atractivo. Y ahora, todo está en que todos sabemos que vive en el Polo Norte, con muchos duendes que lo ayudan a fabricar todos los juguetes que le piden los niños del mundo, y que reparte los regalos en un trineo volador tirado por siete renos: Bailarín, Saltador, Zalamero, Bromista, Alegre y Veloz, todos ellos liderados por Reno, el de la nariz roja, que fue el último en integrarse al grupo.