Si alguien nos preguntase, acerca de cual es la forma de comunicación más numerosa y extendida del planeta, la inmensa mayoría respondería que internet ¿cierto? Pues a pesar de que muchas personas, y empresas, hoy en día, les costaría mucho existir sin Google, Facebook, Twitter o el resto de aplicaciones que existen dentro de internet, la comunicación y el intercambio de información por redes, ya estaba inventado, y funcionando, cuando aparecimos los humanos. ¿Qué me dices? ¿Y cuál es? Pues fueron los árboles los artífices de esta gran proeza que, lógicamente, y donde se lo permitimos, siguen llevándolo a cabo. Y se llama microrriza.
Además, hay que reconocer en él, un sistema súper eficaz, ya que mantiene, a través de sus raíces y unos hongos, la comunicación estable y permanente entre un árbol y otros; es más, llegan a distinguir quienes son parientes entre sí o no. Según se ha comprobado, en el Forest Ecology en la Universidad de British Columbia, este sistema de comunicación, es mucho más efectivo que el que utilizamos los humanos y los animales; y está basado en estrategias jerárquicas, de emergencia y solidaridad. Os pongo alguna de sus características más llamativas, así:
– los árboles más grandes (llamados también Árboles Madre) ceden parte de sus nutrientes a los más pequeños, ya que son quienes favorecen y protegen su buen crecimiento.
– cuando un árbol se siente amenazado por una plaga o por otras plantas como malezas, lanza una señal a los demás árboles para que se produzca una barrera de protección; sirva de ejemplo cuando la especie Artemisa padece daños en sus hojas, las otras cercanas comienzan a producir sustancias para repeler a los insectos que lo provocan; también se ha comprobado como álamos y sauces, envían señales de advertencia entre sí.
– la microrriza les permite comunicarse a distancias enormes, por lo que están todos los árboles de un bosque conectados y protegidos entre ellos ante cualquier emergencia externa.
– son muy solidarios, ya que no sólo actúan y se comunican entre los de su misma especia; basta con saber que una época del año el abedul envía más carbono al abeto, que del abeto al abedul.
Por ello, y esta es mi reflexión, esto debería de llevarnos a tener y expandir más la conciencia para con estos seres vivos en nuestro planeta. Unos seres que nos aportan, aparte del oxígeno imprescindible para nuestra vida, y que son un ejemplo de solidaridad y vida a través de su comunicación. Pero para ello, para que los árboles puedan seguir comunicándose y aportándonos elementos esenciales para nuestra vida, debemos de mantener y conservar el máximo de espacios naturales, privando dichas áreas de talas indiscriminadas y contaminación. También podéis ir considerándolos esenciales, como antenas para recibir desde el Universo, variada e interesante información, pero eso ya lo veremos en otro momento.