En esta época en la que estamos tan preocupados por el frío, es conveniente no olvidar el objetivo de mantener, o conseguir, nuestra «línea» idónea de cara al verano y no engordar. Y os preguntaréis que tiene que ver el frío, mantener la línea y el próximo verano ¿verdad? Pues, y para comenzar, cabe recordar acerca de nuestra grasa corporal que es una parte fundamental en nuestra nutrisalud; y es que tenemos dos tipos de grasa: la grasa blanca y la grasa marrón. Y esto no es nuevo, ya que hace, más o menos, 50 años se descubrió, mediante diversos estudios, la existencia de la grasa marrón que, en lugar de almacenar lípidos como hace la grasa blanca, quema calorías.
Por ello nuestro interés, a día de hoy, en la grasa marrón; que según las investigaciones llevadas a cabo por el doctor Paul Lee, del Instituto de Investigación Médica Garvan de Sidney (Australia), demuestran que 50 gramos de grasa parda permiten quemar hasta 50 gramos de grasa blanca al día (que equivalen a 300 kcal). Y eso es lo que ha desembocado el interés, por parte del sector de la investigación, en el control y conocimiento acerca de la grasa parda, ya que su capacidad para quemar energía lo convierte en un posible medio terapéutico para combatir tanto la obesidad, como la diabetes.
Sin embargo, la buena noticia es que es no se precisa de ningún fármaco, para ayudar a las células de grasa blanca a convertirse en células de grasa parda (se produce bajo el efecto de una hormona, la irisina), ya que ello puede conseguirse de forma natural: llevando menos ropa de abrigo, durmiendo a una temperatura un poco más fresca y tiritando. Sí, aunque nos suene extraño, tiritar de frío es una reacción natural en la que los músculos se contraen para producir calor y calentar el cuerpo cuando la temperatura es insuficiente; estos aparecen cuando no llevamos ropa que abrigue demasiado, o bien cuando la temperatura ambiente desciende por debajo de los 16º C. Si tiritamos de frío, entre 10 y 15 minutos, nuestro cuerpo llega a producir tanta irisina como montando una hora en bicicleta. Y para lograr unos mayores efectos, en cuanto a la producción de la grasa parda o marrón, no debemos de olvidarnos de las condiciones que debemos proporcionar en los lugares destinados a dormir:las habitaciones. En un estudio publicado por la revista Diabetes, en junio de 2014, se afirma que dormir en una habitación a 19º C aumenta entre un 30 y un 40 % la cantidad de grasa parda, mientras que si aumentamos esa esa temperatura hasta los 27º C, la grasa marrón se reduce.