Todo el mundo está, o dice estar, orgulloso de su vida ¿verdad? Quizás muchos amigos, quizás una buena educación, quizás trabajo asegurado, quizás un salario digno, quizás una pareja con una vida activa sexual… Pero, a pesar de todo lo anterior, te sientes agotado, sin energía; es decir, algo estresado… Bueno, más bien estresado de verdad… ¿cierto?
Y pensar, si no lo has hecho aún, que el resto de tú vida puede continuar de la misma forma, parece que estresa aún más ¿verdad? Pues no hace mucho tiempo, por ejemplo, se iba al cine como hoy en día se hace, pero si había que esperar a que la estrenaran en la tele un par de años después, no se acababa el mundo; sin embargo actualmente parece que existe algo de competición excluyente en cada simple conversación sobre si te has enterado de tal acontecimiento, sobre si te has enterado de la serie que está triunfando en el canal de pago de las series de moda o si te perdiste el concierto irrepetible del otro día de tal grupo musical… ¿Por qué? Pues bien, porque no hemos visto que pusieras nada en las redes sociales.
¿Cómo se arreglaban nuestros padres, a nuestra edad, que con, como mínimo, tres niños por pareja que daban la tabarra con ahínco y no parecían dar señales de estar agotados? Valga como consuelo, que es algo común hoy en día; y sin niños. ¿Cómo hemos llegado a esto? ¿Cuáles son las consecuencias de que esto esté ocurriendo? En principio, nadie es más que responsable que nosotros mismos; porque, y como ejemplo, las vacaciones que disfrutamos van acompañadas de vuelos de varias horas, acompañado de caminatas interminables durante días para conocer lo máximo posible, para regresar justo el día antes de la reincorporación a las 12 de la noche y con jet lag… Otro factor, y muy importante, es el tema de nuestra alimentación, el cual, y por regla general, hoy con malos alimentos (por no decir pésimos); nuestros padres, a nuestra edad, comían en casa, casi siempre, muy bien (un cocido; un filete de carne a la plancha o un pescado al horno; y no se abusaba de tanta azúcar), dejando el restaurante para las fiestas de guardar. Y está, no nos olvidemos de ello, el tema de las conexiones y las relaciones humanas; es decir, que hoy día tenemos demasiados aparatos conectados y que emiten todo el día extraños campos electromagnéticos que nuestro cuerpo no es capaz de asimilar. Demasiadas cosas y acontecimientos, que hacen que no estemos en el presente, que no disfrutemos de él; lo que añadido a los factores anteriores, nos encontremos, como norma general, a mucha gente joven y agotada. Por ello, tenemos y debemos acudir a suplementos alimenticios que nos ayuden a recuperar nuestra energía perdida.
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