Muy pocos son quienes, alguna vez en su vida, no se han mordido las uñas. Y es que una cosa tan simple, la onicofagia, a veces puede provocar daños en las manos. Suele ser muy frecuente entre los niños de 3 a 7 años de edad, que se las muerden como una válvula de escape frente a una tensión emocional; y también, siendo más adultos, está relacionado con la ansiedad, la depresión o el estrés.
Por eso hay quien aconseja utilizar un esmalte que contenga ajo, ya que, además de fortalecer las uñas, tiene un sabor desagradable que hará que quien lo pruebe la piense dos veces antes de volver a morderse las uñas. Si dicha combinación entre esmalte y ajo no funciona, entonces tomaremos un diente de ajo cortado a la mitad y frotaremos las uñas con él (mejor hacer esto un fin de semana).
Lástima que nuestra nueva tintura de ajo negro, no tenga ni el sabor ni el olor del ajo común. Sin embargo, te lo garantizamos, sus propiedades (casi multiplicadas por diez) favorecerán al sistema nervioso, a través de una mejor microcirculación cerebral; así como al metabolismo energético para incrementar la respuesta ante el estrés. Y su contribución a la mejora del estado de las uñas, se lleva a cabo por el zinc, manganeso, cobre y azufre que contiene.