Aunque siempre, y en mi caso más, se debe de apostar por lo natural; los medicamentos, en algunos ocasiones hacen su trabajo… Seguro que estáis cansados de escuchar, hasta leerlo escrito en algunas constituciones, que la salud es una condición a la que toda persona debiera tener derecho… Pero la realidad, es que debido al sistema económico en que vivimos (más bien que padecemos y mantenemos), la nutrisalud se ha convertido en una mercancía más, cuyo acceso y calidad están en relación directa con el poder adquisitivo de una persona; es decir, aquel que puede pagar más, goza de mejores condiciones de salud.
Hoy, me acabo de enterar de la historia de un doctor en matemáticas, Michael Laufer, el cual, además, es especialista en física de partículas. Todo surge a través de que las medidas, cada vez más restrictivas, para la circulación de medicamentos, el aumento en los precios de éstos y, sobre todo, el poder oligopólico de la industria farmacéutica, le llevó a plantearse si sería posible implementar otras alternativas de acceso a ciertos medicamentos y, por ende, de acceso a la salud. Para ello creó el proyecto «Four Thieves Vinnegar» (algo que podría traducirse como «El Vinagre de los Cuatro Ladrones», algo que comenta y describe, en un vídeo, el Dr. Miguel Martín Almendros), que tiene como singular propósito enseñar a la gente a hacer sus propios medicamentos, de manera sencilla y poco costosa.
En él, existen varios tutoriales, en el que junto a otros científicos, explican como llevar a cabo… Así, uno para fabricar un reactor de laboratorio con el que es posible sintetizar medicamentos; otro, para armar un inyector de epinefrina con cerca de 30 dólares (cuando el costo comercial de este instrumento ronda los 300 dólares); y otro para para sintetizar pirimetamina, que se usa para tratar infecciones como la malaria o la toxoplasmosis. Aunque esta idea, que puede generar bastante polémica e incluso parecer algo arriesgada, ya que una persona puede poner en riesgo su salud al intentar hacer sus propias medicinas, o bien, que esta información puede llegar a utilizarse con fines y propósitos ilegales y/o de mala fe. «Espero que la gente retome el control de su propia salud. Porque impedir el acceso de los medicamentos, a los pacientes en peligro de muerte, para mi constituye un asesinato», manifestó Michael Laufer. Y es que él tiene una misión principal: el impedir que los precios de los medicamentos dificulten el acceso a los pacientes necesitados.