Todos sabemos que, hoy en día, y en general, tenemos sobre un 60% de posibilidades de fallecer debido a una enfermedad del estilo de vida actual ¿cierto? Este tipo de enfermedades, suelen asociarse a la falta de actividad y a la alimentación, principalmente. Pero, también, sobre esas citadas enfermedades, tenemos la oportundad, en un 80% de prevenirlas, e incluso curarlas, tan sólo adoptando una serie de sencillos y fáciles hábitos saludables que, quizás, su médico no practique.
Essabido que nuestros antepasados (nos referimos a los tiempos de los cazadores-recolectores), no solían ser afectados por enfermedades como la diabetes, la hipertensión, las caries, la obesidad, la depresión, etc. Solían estar mucho más saludables que nosotros hoy en día, y principalmente a su modo de vida y, no nos olvidemos, a su alimentación. No disponían de bollería industrial, golosinas, bebidas azucaradas… Ellos se las arreglaban con verdura, fruta, hojas y flores, raíces, semillas y, depende de la zona en que estuviesen residiendo, pescado y crustáceos, o carne de la caza. Está comprobado que cuanto más cerca del Ecuador estaban, más frutas y verduras disponían.
Sin embargo, en nuestro título comentamos que es mejor vivir en ésta época… ¿Por qué? Pues porque, por suerte, ypor nuestra evolución, hoy día tenemos más donde elegir en los alimentos de nuestra dieta diaria. Imaginemos que no estais de acuerdo, y pensais que en aquella época, por nuestra zona (Europa occidental), se vivía mejor:
– en general, la poca fruta de que dispondríamos sería la grosella y la uva espina. Pero grosella sin ser en un bote de mermelada; y tendríamos que acercarnos a los arbustos a por ellas, y, claro está, no ingeriríamos tanta azúcar, tendrían muchas más pepitas y serían bastante ácidas.
– las manzanas tendríamos que irnos hasta el Cáucaso.
-para las uvas, las ciruelas y las cerezas, más lejos… hasta Mesopotamia.
– si teníamos un barco, y tiempo, podríamos acercarnos hasta lo que es hoy USA o Argentina a por fresas.
– para los cítricos tan fundamentales en estos momentos, y para el plátano, habría que hacer otro gran viaje hasta el sudeste asiático.
– los tomates, judías y calabazas no se conocieron por Europa hasta el siglo XVI; y un poco más tarde, en el siglo XVIII, la tan apreciada patata. en aquella época sólo dispondríamos de coles, habas, nabos y zanahorias.
– las espinacas, los espárragos, los guisantes, la cebolla, la remolacha, el apio, el rábano y la lechuga, sólo se recogían por Oriente Medio.
– la berenjena y el pepino sólo se daban en la India.
Que sin dudarlo, si les preguntásemos a nuestros antepasados, nos dirían que vaya suerte y variedad de la que disponemos hoy en día ¿verdad? Por ello os proponemos que os inspireis en lo bueno de sus hábitos de vida, y, a la vez, aprovechemos la enorme cantidad de verduras y frutas que nos rodean (o bien que podemos plantar y recolectar en nuestros huertos), para preparar sabrosos y nutrititvos platos, con los que aportar tan buenos nutrientes para nuestro organismo. Hagamos una excelente nutrisalud y ¡¡buen provecho!!