Como sabeis, nuestros orígenes son, y seguirán siendo, asturianos. Y, por ello, seguro que habréis visto y escuchado muchas veces, acerca de la publicidad institucional asturiana con el lema, «Asturies, paraíso natural», ¿cierto?
También, ésto más cercano en el tiempo, que hace un tiempo nos decidimos a comercializar una agua mineral natural (y no es asturiana) a través del MLM o venta directa. ¿Por qué? Pues bien, es lo que vamos a intentar explicar en este post, no ya por el sólo hecho de estar en el paraíso, Asturies, sino por intentar aclarar, si es posible, un poco más acerca del agua que solemos ingerir.
Suele escucharse a las personas que visitan nuestra tierra que todo es maravilloso… Que las playas y su costa… Que su gastronomía… Que su paisaje y sus montañas… Que sus ríos… Que su agua… Pues aquí es donde vamos a detenernos con más precisión y análisis. No sólo los visitantes alaban el agua, sino que también los asturianos suelen hacerlo muy a menudo cuando acuden a una de sus muchas fuentes en los muchos pueblos de la geografia asturiana (aunque, y por circunstancias un poco oscuras, últimamente se ven cada vez menos fuentes… ¿será por las privatizaciones municipales de los servicio de abastecimiento de agua?).
Pero del algo más un millón de residentes que tiene Asturies en estos tiempos, cabe señalar, que sobre un 90 % vive en zonas urbanas; y que más del 80 % viven en la zona central y en sus ciudades más pobladas. Y aquí, es donde vamos entrando en materia, porque ésta mayor parte de la población, el 80 %, recibe agua para uso doméstico de dos embalses (Rioseco y Tanes) junto con la captación hecha en el río Narcea. Pero, hoy, nos vamos a centrar en datos y características de las aguas de los dos embalses.
Resulta, y el asunto tiene su gravedad, que en las aguas que nos llegan por el grifo a la mayoría de los asturianos (aunque se potabilizan antes), los pueblos de los alrededores vierten sus aguas fecales. ¿Seguros? Segurísimos que estamos y que, además, se puede comprobar, ya que todavía quedan pueblos sin su red de saneamiento correspondiente. Y, además, nos aseguran que seguirán de la misma forma, y como mínmo, hasta el año 2022. ¡¡Increíble!! ¿verdad?. Brevemente os diremos que, como el resto de cosas que suceden en el país, las obras se repartieron entre dos administraciones públicas (el Gobierno asturiano y la Confederación Hidrográfica del Cantábrico), y la concerniente al gobierno central todavía no se van a acometer. Aunque, hay una fase que aún estando un poco más alejada de los embalses, no se llevaría a cabo hasta el período 2022-2027 (Caso y Sobrescobio).
Y las aguas de la zona, siendo calcárea en su mayor parte, tienen una calidad más que aceptable (si nos referimos en cuanto al residuo seco de las aguas minerales de la zona), pero siempre superior y con más garantías que la que nos ofrecen la mayoría de los ayuntamientos asturianos. Por ello, defendemos el uso del agua mineral natural frente al agua potable. Porque no tienen necesidades de desinfección para su ingesta, y porque la desinfección o potabilización se lleva a cabo mediante la cloración, con sus correspodientes efectos dañinos de los trihalometanos.
O sea, que si alabáis nuestras aguas porque, por ejemplo, en comparación con las de la cuenca mediterránea, son mucho mejores y de más calidad… ¿Qué deciros? Lo primero, que a los gobernantes les da lo mismo, viendo lo visto y sabiendo lo sabido, nuestra salud. Que os mantengáis alertas sobre el tema de la desinfección y los trihalometanos. Y que, aunque nos vendan un paraíso (que lo es), siempre hay cosas y asuntos turbios. ¡¡Ah!! Y para más muestra que la de un botón, os comentamos que las actividades lúdicas en los pantanos, están prohibidas desde 1996 (cuando se declaró la zona parque natural), porque igual afectan a la calidad de las aguas ¿no creéis?