Hace mucho tiempo, como sabéis, que decidimos ir a buscar el origen de muchas cosas; entre ellas lo que se refiere a las enfermedades. Y parece que siempre estamos dando vueltas, en general, como hacen la mayoría de los perros para echarse a dormir… Es decir, buscamos fuera lo que tenemos dentro. Y ahora, dentro de la comunidad científica, comienza a sonar una nueva palabra: disbiosis. Y no es otra cosa que la alteración del equilibrio normal de la microbiota intestinal. O sea, que quedaría bajo el paraguas de lo que nosotros denominamos microbiótica.
Y es que, últimamente, es bien frecuente la aparición de numerosas enfermedades a las que no se les encuentra solución o acerca de la cual no se sabe bien la causa. Por ello, la disbiosis o alteración de la microbiota, está en el origen de muchas enfermedades graves como la enfermedad de Crohn, la diabetes, la enfermedad celíaca, el cáncer de colon, las alergias, el autismo, la artrosis, la hipertensión, la psoriasis, el Parkinson y el Alzheimer. No es otra cosa que los científicos han descubierto que la disbiosis tiene el poder de desencadenar graves disfunciones en los sistemas inmunológico, metabólico, nutricional e incluso genético; el resultado de los cambios en el estilo de vida a los que, desafortunadamente, todos nos enfrentamos y que se han venido produciendo durante estos últimos años: la contaminación, los efectos perniciosos de ciertos medicamentos (como los antibióticos), el estrés y los alimentos procesados que han invadido nuestros platos.
Por lo que nuestro intestino no sólo es el punto central de la digestión, sino que es el foco de nuestra salud, ya que el 80 % del sistema inmunológico es controlado por el intestino. Si el intestino es atacado por bacterias malignas, nuestro sistema inmunológico comenzará a debilitarse peligrosamente y se volverá más vulnerable a las enfermedades. A continuación tienes cuatro cosas que puedes comenzar a llevar a cabo a partir de hoy mismo:
– Consumir más alimentos fermentados. Antiguamente, la gente utilizaba alimentos fermentados, como el yogur y el chucrut, para mantener la salud digestiva. Estos alimentos son ricos en bacterias beneficiosas para el intestino. Por lo tanto, son una excelente forma de combatir la disbiosis y sus complicaciones. Sin embargo, para que sean eficaces, estos alimentos deben fermentarse de manera tradicional y, por lo tanto, no pasteurizarse (la pasteurización mata los probióticos naturales).
– Eliminar el azúcar en la medida de lo posible, ya que favorece el desarrollo de la disbiosis de fermentación básica. Esta disbiosis se caracteriza por la aparición de un caldo de cultivo propicio para las levaduras, en particular la Candida albicans, que provoca muchos gases e hinchazón.
– Dar prioridad a alimentos procedentes de agricultura ecológica, que te van a permitir limitar la cantidad de contaminantes químicos que pasan por los intestinos. Es la forma más simple y eficaz de combatir la disbiosis.
– Tomar probióticos, prebióticos y enzimas digestivas (la forma más simple y eficaz de combatir la disbiosis). Aunque no se llevasen a cabo, de forma rigurosa, los tres primeros pasos, y en tan sólo 20 segundos cada día, podrías luchar eficazmente contra la disbiosis, ya que cada uno de estos ingredientes activos naturales desempeña un papel específico imprescindible para su salud intestinal.