Desde hace mucho tiempo se viene hablando sobre el control de la humanidad por unos pocos. Pero es bien sabido que, sólo a unos pocos muy pocos, les ocupa verdaderamente ese tema ¿cierto? ¿A ti, en serio, te preocupa? El control de las masas vendría dado por la implantación de microchips bajo la piel de los seres humanos; al estilo de como se hace con muchos animales ¿nunca lo habéis oído? Aunque, eso que, para muchos no sucedería o sería en un tiempo muy lejano, ya se está dando y, por supuesto, saltando a la palestra de las noticias. Pues bien, los tiempos van cambiando y, según las masas se hacen más «rebaño», de quienes intentan ese control va surgiendo lo sibilino y sutil, cada vez, con mucha más frecuencia. Es más fácil controlar un rebaño con cuatro mordiscos aquí y allá, que empleando una fuerza bruta que, pudiese darse el caso, se revelara de repente y entrase en estampida; lo cual podría terminar en la pérdida del rebaño.
Por si alguien no lo pilla, es el mismo proceso que llevan a cabo mediante la aparición de una crisis tras otra crisis… Comienzan diciendo, y haciendo ver, que no hay trabajo, hasta que poco a poco va calando la idea en el rebaño, lo que luego determina que, por casi no existir el trabajo por cuenta ajena, nos haga aceptar y realizar trabajos que antes ni pensaríamos en llevar a cabo; bien porque se alargan las jornadas, a cambio del mismo dinero, o bien porque se reduce el salario drásticamente (mientras algunos consiguen aumentar sus beneficios). Pues en relación del control de la humanidad, es mi reflexión, va a terminar sucediendo algo parecido. Nos hacen ver, por activa y pasiva, algo que resultaría inaceptable, por parte del mayoría, como la implantación de microchips bajo nuestra piel (aunque se nos haya ido vendiendo de que es por motivos de salud, como seguimiento médico voluntario, etc, etc), mediante noticias y sucesos aislados, para que en un futuro no muy lejano terminemos por aceptar un «mal menor» como algo aceptable. Aunque el fin seguiría siendo el mismo: el fin de lo individual, mediante un control más selectivo.
¿Sabéis cuál será lo próximo sutil y aceptable? No os lo imagináis… Pues un simple tatuaje a partir de la base del grafeno. Mientras todos estamos distraídos con las falsas luchas geopolíticas (los Putins, Trumps, Clintons, Obamas y demás auntos), esa nueva forma ya está surgiendo, mediante una nueva tecnología de tatuaje electrónico, por parte de investigadores de la Universidad de Texas en Austin (USA); el cual se puede aplicar en la piel con agua (un tatuaje ultrafino), es casi transparente, y sin embargo podría superar las funciones actuales de los más voluminosos dispositivos portátiles. Estos tatuajes de grafeno ultrafinos completamente ajustados a la piel, según los investigadores, irán reemplazando a los actuales sensores médicos para, de momento, ir midiendo y obteniendo datos sobre las señales electrofisológicas de la actividad del corazón, los músculos y el cerebro. «Los tatuajes electrónicos de grafeno son los dispositivos más prometedores para las aplicaciones potenciales en el cuidado de la salud móvil, las tecnologías asistidas y las interfaces entre máquinas y humanos; es decir, el mejor modo para ir integrándonos en en el mundo emergente del internet de las cosas, las ciudades inteligentes y mucho más», según afirma Kabiri Ameri. Por ello, y aunque estando en contra de aceptar en mi cuerpo cualquier tipo de dispositivo electrónico, llevo apostando hace tiempo por que se realizaría la implantación de microchips, a día de hoy modifico mi opinión y me muestro más alerta en contra de lo que creo será la apuesta, por todo lo dicho anteriormente, sobre esta última y novedosa forma de control. Tan sólo hay que pensar que todo ello lleva a la obtención de datos y… ¿qué se hacen con los datos? estudiarlos, almacenarlos y luego utilizarlos.