Beber agua, no solo en verano.
Ahora que ya llegamos a la mitad del verano del hemisferio norte, seguro que estaréis cansados de ver y leer sobre lo de beber agua ¿cierto? Pues bien, el caso no es estar cansado de verlo y/o leerlo, sino que lo que hay que hacer es beber agua. Y no sólo en verano.
¿Por qué? Pues porque el resto de los días también sudamos, también hacemos la digestión, también circula nuestra sangre, también utilizamos nuestro cerebro y los demás órganos. Seguro, que si lo piensas un poco, también meamos todos los días ¿verdad? Por ello hay que beber agua y, si además, no disfrutamos de una dieta rica en alimentos que contengan un alto nivel de agua… ¡¡mucho más!!
Como muchos de vosotros, yo era una persona (hace unos cuantos años) que no solía hacer uso del agua como líquido que proporcionaba a mi cuerpo físico. Bebidas azucaradas (demasiadas), alcohol y hasta mucho café (es un agente deshidratante). Y la verdad, después de interesarme por el mundo de la buena nutrición (lo reconozco, gracias a un negocio de MLM), y de cambiar mis hábitos, no me dí cuenta de lo que estaba haciendo. ¿Y quién lo pagaba? Pues yo mismo, con estrés, con cansancio, con piel reseca, con algún que otro dolor de cabeza… En fin, lo típico.
La verdad, es que desde hace unos años acá, se le va dando la importancia que merece. ¿Acaso olvidamos que nuestro cuerpo es un 70 % de agua? Pues si no se la damos, seguramente va a darnos fallos o problemas de funcionamiento. Es por ello, que intento contribuir desde aquí en recalcar y concienciar la importancia del agua. Es tan importante que, un pequeño déficit, puede hacernos cambiar de buen humos hacia el mar humor. O bien, el hacer que nuestra concentración disminuya, y que, por lo tanto, aumente nuestra fatiga y cansancio, con lo que ello repercutirá notablemente en nuestro rendimiento y actividades diarias. Son tantos cambios que se podrían mejorar con algo tan sencillo como el ingerir agua suficiente todos los días…
Luego me direis que si mucha o poca agua. Que si durante muchos días. Es sencillo, yo lo tengo muy comprobado, que cuando la orina es de color muy claro y parecido al agua, estoy en niveles correctos de hidratación. Eso deja en tus manos la decisión de la cantidad. Y no tiene que ser sólo agua directamente, ya que con una buena ingesta diaria de frutas y verduras, estamos aumentando la cantidad de líquido en nuestro cuerpo. También suelen resultar mucho más beneficios los tés que los cafés.¿Y qué tipo de agua? Ahí también lo tengo claro. Si podeis disponer de un agua mineral natural, mucho mejor. Ya que la que llega a través del grifo, suele esconder productos nada beneficiosos para nosotros (buscad por internet acerca de los trihalometanos). Por ejemplo, y aunque tengo la suerte de disponer de un pozo en casa, si buscas y te decides por un excelente agua mineral, de calidad y mineralización muy débil, tu cuerpo te lo agradecerá. Y tu mismo también. Además existe otro motivo muy importante: dar ejemplo a los niños, ya que ellos suelen hacer lo que ven.