Podría parecer una inocentada, ya que el día de hoy es propicio para ello. Sin embargo, estando ayer por Xixón, conocí la noticia: desconvocada la huelga de los trabajadores de los supermercados, donde Alimerka es el referente de la Asociación de Supermercados de Asturias (Asupa). Pocas cosas me afectaron tanto, en los últimos años, sin tener motivos para ello (no trabajo ni trabajé nunca en un supermercado; ni tuve negocios con ninguno de los que motivaron esta movilización), como el conocimiento del fin de la huelga. ¿Por qué? Pues creo que, al final del artículo, lo describiré más concienzudamente.
Pero creo, y para aquellos que leen poco no pierdan mucho de su tiempo, voy a empezar con lo que ha supuesto para el colectivo de los trabajadores. Ellos, los trabajadores (esquiroles y participantes; sobre todo estos últimos), han perdido por lo siguiente:
1) Hace un año, y sin llegar a iniciar la huelga, consiguieron un aumento, retroactivo, de 50 € mensuales. Este año, y tras cuatro días exitosos (digan lo que digan los medios de desinformación) ¿qué han conseguido con la huelga?
2) Tras un año, en el que había que dialogar por el resto de puntos que se reivindicaron por parte de los trabajadores (reconocimiento del tiempo del «bocadillo» como tiempo laboral, ascenso de categorías, antigüedad, etc), en el que el Alimerka (actor principal), vaciló, no acudió y se rió de todos los trabajadores sin sentarse ni un solo minuto a negociar, ¿por qué tras la desconvocatoria de la huelga se le otorgan otros 15 días de plazo para sentarse a negociar? Después de un año, en el que no quiso negociar (Alimerka), ¿de verdad le conceden hasta el próximo 13 de enero para sentarse? ¿No era tan importantes los puntos de la convocatoria de la huelga?
3) La mayoría de los trabajadores, van a perder (bueno, ahí los esquiroles no), por los cuatro días de huelga, algo más del 20 % de su nómina de diciembre; lo cual, me temo, si logran conseguir algo (que lo dudo), no lo recuperarán durante todo el próximo año ¿apostamos? Sin embargo, lo que no era una convocatoria mayoritaria (según Alimerka), para la patronal no va a suponer ninguna pérdida; sí, aunque hayan anunciado unas pérdidas de unos 2 millones de euros, no son pérdidas reales como las de los trabajadores, ya que esas pérdidas serán sobre los beneficios que está teniendo Alimerka. Es decir, en vez de ganar 10 millones este año por ejemplo, van a conseguir acumular 8 millones, más o menos, este ejercicio de 2019.
4) Una huelga que tenían ganada por participación, por resultados, por el apoyo mayoritario de la gente de la calle (entre los que me incluyo, ya que participé en dos movilizaciones apoyando a pie de calle), se dejan engañar por los sindicatos, esos que dicen defender los intereses de los trabajadores. Encima, y lo leo en el muro de una persona que sabe de ello, la responsabilidad de la negociación, y de la firma de los acuerdos, recae en la persona de Marta González, vicesecretaria de la federación de movilidad y servicios del sindicato UGT, ese sindicato (condenado en otros lugares y enjuiciado por fraude en Asturies) hermano pequeño de los sociollistos del PSOE (con miembros del Gobierno Asturiano condenados, y en la cárcel, por corrupción), los cuales, en sentencia judicial, son reconocidos como organización mafiosa para obtener comisiones…
5) Confiados en los sindicatos, tampoco reparan en la «mano que mece la cuna» del Gobierno de Asturies, donde los tuits salen de su cuenta cuando los primeros efectos de los primeros cuatro días de huelga se hacen evidentes (tuit uno: 26 de diciembre), y cuando logran la desconvovatoria (tuit dos: 27 de diciembre). ¿Acaso algún tuit desde el Gobierno presidido por el sociollisto Adrián Barbón antes del comienzo de la huelga? Repito, tanta urgencia tiene el poner fin a la huelga ¿pero no se va negociar hasta el próximo día 13 de enero de 2020? Lo cual le viene de perlas, al Gobierno Asturiano y al PSOE, para quitar repercusión a la noticia negativa, sobre la no concesión de un contrato a la fábrica de Trubia de Santa Bárbara Sistemas por parte del Gobierno de España.
Y podría seguir poniendo puntos sobre esta huelga, pero como dije al comienzo, quiero plasmar mis impresiones personales, también, acerca de este «golpe». Que quede claro, que los puntos expuestos se pueden constatar uno a uno y lo que refiero ahora son mis percepciones; es decir, no confundir churras con merinas, aunque sean todas ovejas. No quiero olvidarme de justificar la no utilización de la lengua asturiana para este artículo, debido a mi interés personal, en que pueda ser leído por el mayor número de personas, en Asturies y fuera de ella, y que no se utilice, una vez más a nuestra denostada lengua, como excusa para justificar lo injustificable. Manifestar que no «vivo» en la cabeza y en los problemas de los trabajadores de los supermercados (esquiroles y no esquiroles), lo cual no quiere decir ni que tengan ni que no tengan razón al respecto. También añadir que, aunque me hubiera gustado terminar el año con otro tipo de artículo, y tras una mala noche, quiero sacar fuera de mí, a través de las palabras escritas, el dolor que conlleva este tema para mi…
Ciñéndome, para comenzar, y dentro de las 4 Leyes de la Espiritualidad de las que hablan en la India, a la segunda ley que dice que «Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido», y creo que, aunque me duela reconocerlo, es verdad. No puedo más que manifestar mi rabia, ya cada vez más domesticada, con respecto a los trabajadores que hoy cesaron en la reclamación de sus legítimos derechos; porque, a través de una huelga, y más que nunca en estos últimos tiempos, queda educación. Mucha o poca, dependiendo de sus intenciones y valores. Intenciones y valores muy positivos en unos tiempos donde, los de siempre (incluyo a los gobiernos), favorecen a los de siempre (corruptos, mafiosos y demás poderes); por lo que mucha gente en la calle, y en otras pequeñas empresas, estaban expectantes por el pulso, con fuerza y sin violencia, que los trabajadores, en especial de la empresa Alimerka, afrontaban su futuro exigiendo unas mejoras laborales y sociales del siglo XX en este siglo XXI (por lo que ya iban con retraso y perjuicio). Con la aceptación de la desconvocatoria de la huelga, han defraudado las esperanzas de miles de personas, entre las que me incluyo. En serio, y lamentablemente, no van a poder cambiar nada porque no quieren cambiarse ellos mismos.
La gran diferencia entre los empresarios y los trabajadores de otras épocas pasadas, y los trabajadores actuales, es que, los primeros citados, están y estaban dispuestos a perder; a afrontar carencias puntuales con la visión de la consecución de logros en el futuro para ellos y sus descendientes. Por el contrario, los trabajadores de hoy, más esclavos que nunca, tienen miedo al no ganar cada día. Pero, ¿qué ganar cuando están perdiendo? Dar y dejar su responsabilidad en organizaciones creadas y mantenidas por los poderes de los distintos ¿estados democráticos?: los sindicatos. No se puede decir que no gustan de la corrupción, cuando votan y destinan dinero a sindicatos corruptos y condenados; lo mismo para con partidos políticos. ¿Qué a dónde ir? Pues, si se quiere buscar, existen otras muchas alternativas. Sin embargo, y tras leer sobre las elecciones sindicales y la representación en Alimerka (hace 4 años, 18 delegados de UGT, 8 de CC.OO., y 3 de USO; y este año 17 delegados de CC.OO., 11 de UGT y 1 de Fetico), ¿creen que algo va a cambiar?, ¿en serio? ¿Van a volver a dar el poder de negociación, dentro de 4 años (cuatro largos años para el 2023), a UGT? Y todo, según apunta un buen amigo, por poder disponer de un abogado barato para ir solucionando los problemas laborales; aunque, esos otros sindicatos «alternativos» también ofrecen ese beneficio para con sus afiliados.
Me gustaría seguir apuntando más cosas, pero no es de recibo disponer de más tiempo, por mi parte y por parte del lector, para con este tema. Por ello, y para ir terminando, decir que la próxima vez que afronten una huelga, los trabajadores de los supermercados, o de otros sectores, y vayan de la mano de los sindicatos de siempre, esos vinculados a la corrupción o que apoyan a los que lo son, no me encontraré de su lado; ni moral, ni presencialmente, ni legalmente. Es más, si alguna vez vuelvo a tener que contratar a personas para que trabajen por mi cuenta (no creo que se de, pues ya salí esquilmado), que tengan muy claro que el tema sindical estará muy presente: no contrataré a nadie que diga militar en un sindicato corrupto y si pasado el tiempo, y se da el caso, veo en su nómina que algo del dinero va a ese tipo de sindicatos, irán despedidos. Prefiero a esos otros trabajadores, afiliados a sindicatos «alternativos» y que, de verdad, pueden provocar más problemas que los anteriores, porque con quienes tienen claros sus valores merece dedicar el tiempo a dialogar y compartir logros, tanto económicos como sociales. Solo, y para acabar, que el futuro negro que viene y llega para los que siguen inmovilizados, solo sea de color gris. Para quienes se atrevan y opten por crear un mundo diferente, decirles que existen multitud de opciones.
Felicitaciones por Alimerka: apuntes de una huelga. artículo, es muy bueno.
Saludos! Me gusta mucho este artículo, está bien escrito, me ayudó y lo recomiendo.