Resulta que hay una enfermedad asociada al uso o uso inadecuado de los tampones por parte de las mujeres; aunque también, y por otras causas, la enfermedad conocida como Síndrome del Shock Tóxico (SST), puede darse en hombres y/o niños. Pero el verdadero peligro se asocia con la utilización de los tampones, debido a portarlos más horas de las debidas dentro de los genitales femeninos, o bien por la mala elección del tipo del mismo al no ser acorde con la cantidad de flujo expulsado por cada mujer.
Y es que ya hace unos cuantos años que fue descrita por primera vez esta enfermedad; corría el año 1978 cuando el doctor James Todd describió sus síntomas, en el que las cepas de la bacteria del tipo Staphylococcus aureus producen unas toxinas que liberan las bacterias que atacan al sistema inmune de la persona enferma, el cual, si no es lo suficientemente fuerte, será vencido e infectado, pudiendo causar una fiebre alta, shock y hasta un fallo multiorgánico. Es muy conocido el caso de Lauren Wassen, una joven modelo a la que tuvieron que amputar las dos piernas como consecuencia de dicha enfermedad. Dichas bacterias están presentes en nuestros cuerpos de manera natural (se pueden encontrar en nariz, piel, ingles, axilas de mujeres, hombres y niños de cualquier edad; y, por supuesto, en la vagina) y, normalmente, es inofensiva para la mayoría de las personas que poseen un sistema inmune fuerte. Por ello, el Síndrome de Shock Tóxico (SST) también puede desarrollarse debido a infecciones en la piel, cortes, quemaduras o bien tras una cirugía.
Aunque suelen divulgar que no es una enfermedad muy común (1 caso por cada 100.000 personas; casi 500 al año sobre una población aproximada de 48 millones de personas), sí suelen coincidir en que algo más de la mitad está asociado con el uso de los tampones. Es muy importante conocer todos sus síntomas, ya que puede, en un principio, confundirse con un simple resfriado; así, por medio de la aparición del Síndrome de Shock Tóxico, pueden aparecer fiebre elevada (entre 39º C y 40,5º C), dolor de garganta (con un enrojecimiento de la zona, así como de los ojos y la boca), dolor muscular, vómitos, convulsiones, mareos, confusión y sensación de desmayo, diarreas, baja tensión arterial y descamación en la piel (especialmente en las palmas de las manos y las plantas de los pies). Y es que si en las primeras 48 horas no se detecta y se trata, comienzan a aparecer complicaciones como daños en órganos vitales como el hígado (insuficiencia hepática), los riñones (insuficiencia renal) o el corazón (infarto de miocardio), e incluso pueden derivar en la muerte del afectado.
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