Ni la leche ni el calcio fortalecen los huesos. Eso es lo que vienen a afirmar varios investigadores neozelandeses, al recopilar los resultados de todas las investigaciones que, hasta la fecha, habían estudiado el efecto del aumento de la ingesta de calcio (por medio de productos lácteos o de complementos nutricionales) en la densidad ósea.
Siempre con la pregunta/mantra acerca de que si la leche y los complementos alimenticios con calcio son útiles contra la osteoporosis o para prevenir fracturas ¿verdad? Y es que innegable que los huesos están hechos de este mineral, pero ¿permite esta sustancia reforzar los huesos, como si de los muros de un edificio se tratase?
Pues parece ser que los resultados son incuestionables, ya que en casi 60 experimentos científicos diferentes se constata que ingerir más calcio no tiene ningún efecto sobre la densidad ósea ni la solidez de los huesos. Está claro que los huesos necesitan calcio, pero en pequeñas cantidades; cualquier ingesta mayor es inútil. Y es que en realidad lo que da resistencia al hueso no es el calcio, sino su estructura de colágeno. Es decir, que ante problemas de huesos, por ejemplo osteoporosis, lo que se debería es aumentar los aportes de colágeno, no de calcio; según se extrae de «Calcium intake and bone mineral density: systematic review and meta-analysis», por
Vicky Tai, William Leung, Andrew Grey, et al. BMJ 2015; 351: h4183.
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