Hoy os traemos una reflexión de Idries Shah, un autor sufí…
Una lagartija y una araña se encontraron y, al darse cuenta de que ambas comían moscas, creyeron que serían unas inmejorables compañeras de vida. Sin embargo, una noche en la que se encontraban cazando, un gato se les aproximó con intención de abalanzarse sobre la lagartija; entonces ella gritó a su compañera:
– «Me va a atrapar ¿qué puedo hacer?»
– «Teje una tela y escapa hacia este agujerito donde yo estoy», respondió la araña.
Y mientras la lagartija trataba siquiera de entender lo que le había dicho la araña, el gato la atrapó y se la comió.
Recuerda que, tanto valor e importancia tiene conocer lo que nos hace iguales como lo que nos diferencia.