Y otra vuelta más en el ataque premeditado y orquestado desde la industria de la enfermedad (y ya van cientos de miles), del que se hace eco un periódico más (La Verdad de Murcia), en el que el Colegio Oficial de Médicos de la Región de Murcia lanza un borrador de un plan integral contra las pseudociencias abierto a la participación de enfermeros, farmacéuticos, fisioterapeutas, psicólogos y dietistas nutricionistas, debido al «crecimiento que se ha producido de este tipo de terapias en los últimos años, y el peligro que supone su aplicación para la seguridad de los pacientes».
Normal… Algo hay que hacer, sobre todo después de la orden desde el Ministerio de sanidad contra la retirada de cientos de medicamentos para la tensión arterial que
pueden provocar cáncer; es decir, encendemos el ventilador y lanzamos el objetivo de los pacientes (nunca mejor dicho) humanos que sufren cada día, en silencio, el padecimiento de las secuelas de muchísimos medicamentos que nadie publica en periódicos ¿verdad?.
Pero hoy sólo quiero aportar el testimonio, encontrado en Facebook, por parte de una de una enfermera (que no se considera para nada pseudocientífica), a la cual, y seguramente, nadie contactará desde Murcia con relación a las pseudociencias y demás. Aquí os reproduzco los dos decálogos, uno desde el colegio de médicos y el otro de la enfermera… ¿Adivinas cuál es de cada uno?
2. No difundir o publicar prácticas terapéuticas sin aval científico.
3. No mostrar en consulta actitudes permisivas o indiferentes ante este tipo de terapias.
4. Plantear tratamientos fútiles, aún sin provocar daño, supone una falta al Código Deontológico.
5. Denunciar si el empleo de pseudoterapias está causando daño u ocasionando una pérdida de oportunidad terapéutica.
6. Informar al paciente cuando no exista tratamiento o alternativa eficaz para su enfermedad, ofreciendo, si son precisos, unos cuidados paliativos adecuados.
7. No mostrar, en el lugar de trabajo, publicidad relacionada con procedimientos o terapias engañosas.
8. Colaborar con las organizaciones sanitarias, colegios profesionales y sociedades científicas en la difusión de mensajes claros contra este tipo de terapias.
9. Cuestionar los estudios que muestran efectos beneficiosos de este tipo de terapias.
10. Recordar siempre la máxima ‘Primum non Nocere’ (lo primero, no hacer daño).
2. Da a conocer aquellas terapias naturales que tienen reconocimiento científico y utilidad demostradas.
3. Muestra, en el lugar de trabajo, mente abierta y actitud conciliadora con aquellas terapias naturales que el paciente esté usando.
4. Muestra curiosidad ante lo que desconoces, denotando el verdadero talante del investigador y científico.
5. Respeta el libre albedrío del paciente, y su derecho a ser tratado con las terapias o tratamientos que él desee.
6. Informa al paciente cuando la medicina oficial no tenga tratamiento eficaz a su enfermedad, teniendo la humildad de admitir que quizas pueda haber otras técnicas o terapias que le ayuden, pero que desconoces por no entrar en los planes de estudios de la medicina ortodoxa.
7. No persigas ni desprestigies ninguna terapia natural por el simple hecho de serlo, y procura hacer, antes de opinar, una investigación personal, concienzuda y sin prejuicios, sobre dicha terapia.
8. Colabora en que las terapias naturales se integren y normalicen en el sistema sanitario, tal y como recomienda la OMS en su Estrategia Sobre Medicina Tradicional 2014-2023.
9. Investiga y profundiza en los estudios que muestran efectos beneficiosos de este tipo de terapias.
10. Recuerda siempre la máxima «Primum non Nocere» (lo primero, no hacer daño), que es precisamente el denominador común de todas las terapias naturales.