En un país donde, a diario, se manipula a la población con todo tipo de temas, para seguir inoculando el virus del miedo, ahora parece que toca al agua de mar (cuando parecía surgir una corriente de conciencia); aunque, creemos, que viene dentro de un todo mayor en el que se quiere atacar y derribar todo aquello que no lleva a la industria de la enfermedad. No decimos que haya falsos profesionales y muchas personas sin escrúpulos (curiosamente, donde hay muchos, en la política, parecen intocables), acerca del uso de las denominadas terapias alternativas, a los cuales habría que perseguir y dar su merecido, pero de ahí a arrasar con todo y porque sí… bueno porque la industria de la enfermedad manda, y mucho.
Desde el inicio de la humanidad, siempre ha habido una necesidad, en caso de una dolencia (dolor de cabeza, lumbalgia, etc), de acercarse a la Naturaleza en busca de «algo» que remediase dichos males. Hoy día, la industria de la enfermedad nos ha adoctrinado, y muy bien, a que con cualquier síntoma, nos acerquemos a comprar sus productos a una farmacia. Pues bien, esa industria que se va apropiando de cualquier producto que sirva para fabricar un medicamento, los obtiene, como nuestros ancestros, de las selvas y montañas; aunque también, bien es cierto que mucho menos frecuente, de los mares. ¿Y por qué de los mares? Pues como sabemos, el mar ocupa tres cuartas partes de nuestro planeta, y es muy atractivo como fuente de fármacos, ya que los organismos que en él viven, deben de adaptarse a ambientes muy extremos. Su biodiversidad es mucho mayor que en tierra firme y a mayor variedad de vida, mayor es el número de especies que interaccionan y, por ello, eso redunda en un mayor número de moléculas; por eso los científicos, buscan en los ambientes marinos más diversos y dispersos (la mayor parte de mares y océanos está inexplorada), con la intención de dar con organismos diferentes que produzcan moléculas distintas a las ya conocidas.
A pesar de que, como ya comentamos, dar con un futuro fármaco en el mar, es como buscar una aguja en un pajar, está claro que el agua de mar aporta mucho hoy día, y más que seguirá aportando a la humanidad. A pesar de que la búsqueda se comenzó por la década de 1960, a día de hoy ya existen numerosos medicamentos obtenidos del mar, que están aprobados, y que permiten combatir enfermedades tan complejas como cánceres. Así:
– Yondelis: un agente antitumoral obtenido de la especie Ecteinascidia turbinata, que se utiliza en el tratamiento del sarcoma y el cáncer de ovario, también se investiga su uso para el cáncer de mama e infantil.
– Prialt: su principio activo es la ziconotida, obtenido de los conos marinos Conus magus (caracoles bastante grandes, que tienen un aguijón para paralizar los peces), y que se utiliza para tratar el dolor intenso (es más potente que la morfina).
– Halaven: que se obtiene de la halicondrina B (Halichondria okadai, esponja marina que vive en el Mar de Japón), y que está aprobado su uso contra el cáncer de mama.
– Ara-C: su base es la citarabina o arabinósido de citosina, procedente d euna esponja marina, y que se utiliza para combatir la leucemia.
Por ello, y de nuestra parte, te rogamos de que consultes libremente acerca del uso del agua mar, y que luego decidas. No te dejes desinformar acerca de lo que la industria de la enfermedad quiere hacer con la población en general y, sobre todo, que no te metan miedo a utilizar y/o beber el agua de mar; ya que si es buena para generar animales que producen moléculas beneficiosas para fabricar medicamentos ¿por qué va a ser perjudicial para nuestro consumo y nuestra nutrisalud?