Hace pocos días, dábamos cuenta de la aparición de un novedoso producto, la tintura de ajo negro, el cual habíamos comenzado a consumir y, de paso, a comercializar. Pues muchas personas nos han contactado acerca del producto y como se lleva a cabo para transformar el ajo negro en tintura; también otras muchas, que no conocían el ajo negro, pues para saber acerca del mismo. Y como se vislumbraba mucha saliva para explicarlo, hemos decidido escribir este post en nuestro blog.
Aunque no están claros los orígenes del ajo negro, se cree que surge por el trabajo de un científico japonés que deseaba quitarle el olor fuerte al ajo blanco y lo ahumó durante algunas horas. Por ello, el ajo negro no es una nueva variedad, sino que se consigue tras un proceso de cocción o envejecimiento, donde se van fermentando en un horno las cabezas del ajo blanco (en torno a los 80º C y con una humedad sobre el 80 %); durante el proceso, que es lento (más de un mes), no se le añaden ni levaduras ni bacterias. Este da como resultado una hortaliza oscura con mayor concentración de nutrientes que una “convencional”. Así el resultado es un ajo ligeramente dulce, aunque algo ácido; en el que el tamaño de los dientes disminuye de forma notable, pero en los que se concentran más sus propiedades curativas. Desde su descubrimiento, el ajo negro, se ha hecho un hueco en el mundo de las dietas, al convertirse en un gran suplemento nutricional que no puede faltar en nuestro organismo a diario. Cabe añadir, que esta tintura de ajo negro de la que os hablamos, que es la primera en el mundo, es lograda por Miguel Ángel de Isidro.
Las propiedades del ajo fermentado (son 10 veces mayores que las del ajo común), ya de por sí abundantes en el ajo blanco, son innumerables. En primer lugar, destacamos la ausencia de su fuerte olor y sabor característicos. También destacan sus poderes antibióticos, diuréticos, antioxidantes y digestivos, etc, etc. Cuenta con compuestos azufrados, ácido linolénico y polifenoles; además aporta 18 de los 20 aminoácidos y los 8 esenciales disponibles en la naturaleza. A continuación os ponemos un breve resumen de sus propiedades:
– Previene enfermedades cardiovasculares: es un gran aliado para la salud cardíaca y circulatoria, ya que es antioxidante y antihipertensivo (gracias a su aporte de alicina); de paso fluidifica la sangre y reduce la agregación plaquetaria.
– Es un gran diurético: al aportar una buena dosis de potasio, este ajo está recomendado para las personas que padecen retención de líquidos, edemas o problemas renales.
– Aumenta el colágeno: todas aquellas personas que padezcan problemas de la piel (desde dermatitis a acné, pasando por soriasis o rosácea), así como ciertas condiciones relacionadas a las articulaciones, deberían de consumirlo; como aporta compuestos azufrados (tiosulfinatos) favorece la formación de colágeno.
– Mejora las defensas: es un remedio casero poderoso para mejorar las defensas y hacerle frente a los virus y bacterias.
– Combate la fatiga: está recomendado para los deportistas o para aquellos que quieren mejorar su resistencia física; también sirve para combatir los estados de fatiga crónica o agotamiento por exceso de trabajo o falta de sueño regular.
– Un gran antioxidante: es un gran aliado para evitar el envejecimiento prematuro de las células y para eliminar los radicales libres.
– Para los problemas respiratorios: muy bueno para reducir los cuadros de asma o de alergia, así como también para reducir resfriados, faringitis, laringitis y demás problemas respiratorios habituales.
– Contra el estrés: sirve para calmar la ansiedad, combatir el insomnio y reducir la irritabilidad o el mal humor.
– Con cisteína: combate el estreñimiento, reduce el colesterol y tiene propiedades anticancerígenas.