Aunque se habla de una fusión, la cual no se concretará hasta finales del 2017, el caso es que Bayer AG acaba de anunciar la compra de Monsanto por 66 billones de dólares (un acuerdo por un total de 56 billones de dólares más los 10 billones con que cuenta la deuda de Monsanto). Y ello se traduce en tiempos difíciles para la humanidad, ya que con esta adquisición se forma la compañía de semillas y pesticidas más grande del mundo; aunque no es el único gigante en un planeta, La Tierra, en el que casi 800 millones de personas no tienen suficientes alimentos para llevar una vida saludable y activa (casi uno de cada nueve personas). Una industria que ya estaba dominada por seis grandes agroindustrias, se reduce ahora a tan sólo cuatro compañías que ofrecen el 59 % de las semillas y el 64 % de pesticidas a nivel mundial.
El sistema alimentario mundial va a estar controlado por unos cuantas entidades corporativas gigantes, que tendrán todo el control sobre nuestros alimentos; en el que decidirán qué comemos y cómo se cultivan nuestros alimentos (ya de por sí cada vez más carentes de nutrientes y más cargados de pesticidas). Y es que aunque los ejecutivos de Bayer y Monsanto traten de enmascararla como algo beneficioso para los agricultores, el caso es que, por ejemplo, en los últimos 10 años, el precio de una bolsa de semillas de maíz ha aumentado de 80 dólares a 300 dólares. Y el mercado tiende cada vez a estar más unificado, ya que muchas de las compañías de semillas más importantes en el mundo también están comprando o fusionándose (el caso de ChemChina con Syngenta o de DuPont con Dow Chemical).
Y es que la historia de Bayer es tan oscura y tan poco ética como la de Monsanto; por lo que muchas personas se refieren, y con toda razón, a la fusión de estos dos monstruos destructivos como un «matrimonio del infierno». La historia de Monsanto, más conocida que la de Bayer, tiene huella en la historia desde su participación en el Proyecto Manhattan para construir la primera bomba atómica, una alianza con el gobierno de los Estados Unidos que se mantiene hasta la actualidad. Un ejemplo de la alemana Bayer, compañía más conocida por ser el mayor productor en el mundo de aspirina y otros medicamentos comunes, también tiene una larga y sórdida historia por crear ciertos venenos y destrucción masiva; por ejemplo, ya durante la Segunda Guerra Mundial, Bayer (que en aquel entonces se llamaba I.G Farben) produjo el gas Zyklon B, utilizado en las cámaras de gas nazis para erradicar a 11 millones de personas cuyo crimen era haber nacido judíos.