Quizás sea, el que las personas cada vez enferman más, porque están olvidando que los alimentos crudos son una parte muy importante para vivir saludablemente y prevenir enfermedades; y sin embargo, en los últimos tiempos, la base de la alimentación de la mayoría recae en los alimentos procesados, lo que conlleva la razón principal por las que muchas personas padecen enfermedades cardíacas, cáncer, obesidad y diabetes… ¿Qué opinas?
Y es que los alimentos procesados suelen ser alterados químicamente para aumentar el atractivo en tú paladar, por lo que pueden anular las señales del cuerpo que de otro modo te indicarían que debes de dejar de comerlos. Estos alimentos son inyectados con cantidades no naturales de azúcar, jarabe de maíz, sal, glutamato monosódico y muchos otros, lo que aumenta radicalmente la probabilidad de convertirse en adicto a ellos.
En un estudio realizado sobre ratas alimentadas con una comida que contenía 25 % azúcar, estas se pusieron ansiosas cuando se les retiró el azúcar (con síntomas similares a los de las personas que pasan cuando se les deja de suministrar medicamentos, tales como el castañeteo de dientes y temblores). Los investigadores que realizaron el estudio descubrieron una relación entre los opioides y el antojo de alimentos dulces, salados y grasos (se cree que los alimentos altos en grasas estimulan los opioides). Esto es lo que sucedió, cuando los investigadores estimularon cerebros de ratas con una versión sintética de la encefalina opiácea natural, con lo que las ratas comieron hasta seis veces su consumo normal de grasas. Además, también se observaron cambios de larga duración en la química cerebral de las ratas, similares a los causados por el consumo de heroína o morfina; según los investigadores, esto significa que incluso la simple exposición a alimentos agradables es suficiente para cambiar la expresión de genes, lo que sugiere una adicción a la comida.
Muchas personas sienten que si no pueden comer su comida basura favorita, tienen la sensación de que no han comido. Pero lo que está claro, es que cuanto más rápido cambies tus hábitos alimenticios, más rápido podrás disfrutar de una mayor cantidad de energía, peso normal, un mejor estado de ánimo y salud en general. Al comenzar muchos tienen éxito al implementar una alimentación mejorada, pero luego vuelven a caer en los viejos hábitos… y por lo tanto, en el «antiguo» cuerpo. Para evitar esto, te recomendamos que hagas cambios graduales en su alimentación y, por ejemplo, comiences con preparar una comida cruda por día.