Muchas veces me preguntan para que sirve la reputación online, y como, la mayoría, todavía dudan de dar el paso hacia el mundo 2.0 u online, tengo que poner mi neurona alerta, para ver como hago «diana» con mi explicación…
Más o menos, intento explicarles que, hoy en día, y ineludiblemente, hay dos mundos alrededor nuestro girando (o de nuestro negocio o preoyecto), y, además, tienen relación entre sí o, mejor dicho, interactúan: el tradicional boca a boca (porque todos hablamos de todo) y el online o redes sociales. Sobre el tradicional, creemos, que lo tenemos más controlado (al menos esa es la percepción), porque llevamos conviviendo con él toda la vida y pensamos que somos más capaces de manejarlo (equivocadamente), cuando es todo lo contrario; lo que sucede que el tradicional tiene un campo de actuación más cercano a nosotros o nuestro negocio. En cuanto al online, y como desconocemos su método y su área de influencia, lo tratamos, o intentamos tratar, como el tradicional; y ahí viene el gran problema con los «dimes» y «diretes»: que no se los lleva el viento.
Deberíamos de tratarlos con el mismo mimo y cuidado, es decir, con coherencia y respetando la relación existente entre uno y otro, pues parten del mismo lugar o persona. Y ahí es donde comienza la reputación, y si interactuamos online (¿quién no lo hace hoy en día?), la reputación online. Y seguramente, si te analizas, estarás interactuando casi tanto o más vía online que tradicionalmente.
En el primer lugar, el tradicional, salvo que seamos un personaje público, que anda o se comunica a través de distintos medios (radio, televisión, etc), podremos tener una defensa más o menos efectiva, ya que nuestras palabras no están registradas (aunque las hayamos dicho). Pero en cuanto al tema online, los deslices se pagan muy caros; porque todo queda registrado y, casi siempre, quien menos piensas ha registrado tus palabras y, por supuesto, las hará viralmente públicas.
Entonces aparece lo típico de «Llévame tú lo de la reputación… online». Y claro, ¿sabes cuándo surge ésa famosa frase?, pues cuando ha surgido un problema… Y ahí, la gestión de esa reputación online, poco o nada efectivo se podrá hacer. Porque la reputación online es para antes, para preveer y no para curar. Y es un tema que debería de inculcárseles a los jóvenes nativos digitales, desde bien temprana edad.
El estar en las redes sociales o plataformas digitales no supone que tengas buena reputación online. Y lo mismo al revés, la buena reputación online no es sinónimo de influencia. Aunque, de verdad, mejor tener buena reputación online que ser influyente. Porque lo de ser influyente, poco a poco, y con trabajo se logra; pero conseguir una buena reputación online… ¡¡lleva mucho tiempo!!
Ante lo cual, la reputación online mejor para antes que para después. Tiene que ser con atención continúa, ya que muy pocas veces podrá ser desatendida (casi nunca).Aunque casi seguro, que no la lograrás sino mantienes tus principios, tus valores y tu esencia: es decir, siendo tú mismo.